Una historia adjudicada a los indios Cherokee habla de que en nuestro interior existen dos lobos: uno malo que representa la envidia, la avaricia, el resentimiento y la ira; y uno bueno, que representa la esperanza, la generosidad, el amor, la paz y la fe.
Un hombre de edad avanzada les cuenta esto a los niños de una aldea advirtiéndoles que en el interior de cualquier persona existe una gran lucha entre estos dos lobos. Los niños le preguntan “¿y cuál de los dos lobos ganará?” El hombre les responde: “ganará el que tú decidas alimentar”.
Cuando escuché por primera vez esta historia, el relator señalaba que dos hermanos gemelos criados en hogares diferentes podrían ser personas radicalmente opuestas a pesar de tener las mismas raíces. Incluso, esos dos mismos hermanos podrían ser totalmente distintos aún creciendo en el mismo hogar si cada uno alimenta un lobo diferente.
Los 19 de septiembre tienen desde hace 37 años una connotación única para los mexicanos. Son días difíciles, tristes, pero aún siendo de nuestros peores días, guardan también un sentimiento de esperanza y unión.
Este año no fue la excepción, los mexicanos tuvimos otro día complejo. La película fue muy parecida a la de 2017; un simulacro y después un sismo, miedo e incredulidad.
Difícil medirlo, pero un ejercicio de José Luis Mateos, investigador del Instituto de Física de la UNAM, señala que la probabilidad de que tres sismos de más de siete grados de intensidad se registren en un país en tres 19 de septiembre es de 0.000751%.
Del sismo de 1985 no se tiene una cantidad exacta del número de personas fallecidas, las estimaciones van desde las 3 mil hasta las 20 mil personas. En 2017 hubo más de 360 personas fallecidas; y ahora en 2022, al menos dos personas perdieron la vida.
Cada 19 de septiembre está lleno de recuerdos para millones de mexicanos que han vivido uno, dos o los tres sismos de los últimos 37 años; pero también están en la memoria colectiva los recuerdos de un país que se une, un país humano y generoso. Están los recuerdos de que la fe y la esperanza nos mueven para salvar vidas y ayudar al de al lado.
¿Qué país seríamos si ese lobo bueno que mostramos frente a las grandes adversidades fuera lo ordinario y no lo excepcional? Nos necesitamos para cambiar a México, todos los días.
¿Qué lobo estás alimentando tú? _