En el Senado mexicano, el presidente de Chile, Gabriel Boric, afirmó que en su nación, cuando tienen problemas de convivencia o cuando tienen diferencias entre los distintos sectores políticos, dicen con mucho orgullo: “los problemas de nuestra patria los solucionaremos con más democracia y no con menos”.
A eso tenemos que aspirar todos los ciudadanos y más las personas con una responsabilidad en el servicio público o con una aspiración política.
El México donde no había competencia electoral: terminó. El México sin voces ni representación de las minorías: terminó. El México del partido hegemónico: terminó y no puede volver. Parece que fue hace mucho, pero solo han pasado 22 años desde aquel 1 de diciembre del año 2000, cuando México conoció la alternancia.
El sistema electoral como instrumento efectivo de la democracia no es obra exclusiva de una sola persona, por importante que esta fuera, ni tampoco tiene la autoría de un solo partido político. El sistema electoral, como lo conocemos hoy, tampoco se construyó gracias a una sola reforma. Ocho reformas electorales constitucionales se llevaron a cabo entre 1977 y 2014.
Así pasamos de la inclusión de las minorías a través de la representación proporcional, a la creación de un órgano constitucional autónomo y de un tribunal electoral; hubo reglas más flexibles para la creación de nuevos partidos, el reconocimiento de candidaturas independientes y paridad en las candidaturas que ha significado paridad en el Congreso y más mujeres en el ejercicio del poder.
Muchos son los nombres de mujeres y hombres fundamentales en la construcción de la democracia, de todos los colores políticos.
Pero si tuviéramos que recordar a algunos del partido en el poder, qué altura tuvo Luis Donaldo Colosio reconociendo la primera derrota del PRI en una gubernatura; Dulce María Sauri, como presidenta del PRI, reconociendo la primera derrota en una elección presidencial; y René Juárez reconociendo la derrota electoral en el año 2018.
Tenemos que seguirnos acostumbrando a la democracia, seguir sentando bases sólidas para mayor competencia, para una participación ciudadana más activa.
Bienvenidas todas las expresiones y bienvenida la democracia, aún con sus defectos. _