Dirigencia de Morena en los próximos días en el estado de Hidalgo discutirá y tendrá la lista de sus candidatos a las 84 alcaldías; cualquier cosa podría esperarse dada la decisión de eliminar a más de 650 precandidatos de los 725 registrados, lo cual no es tarea fácil y el tiempo no es suficiente para implementar mecanismos correctos y democráticos para convencerlos y conciliarlos, aunado a que a la fecha no han mostrado perfiles con liderazgo conciliador, mucho menos transformar su capital político a fuerzas de unidad que garanticen la formación sólida de esta institución política.
Lo visto, es que solo ofrecen simulación estratégica fracturada que ha cobijado la marca Morena la cual no permite conciliar a la base popular sin reducir la brecha del hartazgo hacia los partidos políticos.
Cabe recordar que Morena es el partido más importante en el estado de Hidalgo que cuenta con la posibilidad de ganar más del 50% de las alcaldías y es pieza clave en el proyecto del cambio de la ciudadanía, contribuyendo a la gobernabilidad y al buen desarrollo de la política pública; sin embargo, lo que está ocurriendo en Hidalgo muestra que no hay solidaridad ni el principio del cual se fundó, mucho menos la forma ni el fondo que permita el fortalecimiento de su capital político.
Aunado a la mala estrategia y la simulación, se espera un gran fracaso para Morena por el hecho de aceptar viejas caras con perfiles
Rechazados anteriormente por la ciudadanía pertenecientes a otros partidos, ya que son vistos como chapulines, oportunistas y por tanto, están fuera del concepto de Morena en lo que respecta a su ideología por lo que no se augura un buen resultado en las próximas elecciones.
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