Los servidores públicos son figuras que representan a la ciudadanía con conocimientos de carrera y que no son electos, sin embargo, son más cercanos a la gente y depende de sus características es como dan a conocer al pueblo que ellos administran su gobierno.
Son espejos de la sociedad que administran. En consecuencia se evalúa a la sociedad por sus funcionarios, tanto cultural, como ética, profesional, educativamente con conocimientos políticos y económicos.
Las calificaciones de los funcionarios que vemos hoy en el estado de Hidalgo están muy a la baja porque no han entendido que su ética representa al estado y a la ciudadanía, estos solo se enfocaron en sus intereses y ambiciones. Hoy, con el cambio que pretende implementar el gobernador Julio Menchaca busca redireccionar a los funcionarios públicos con una transformación desde su profesionalismo y ética, esperanza de la ciudadanía para tener mejor ejecución en la nueva administración estatal.
Esta esperanza es real pese a muchas murmuraciones de que la mayoría de su gabinete empezó a tener sueños guajiros que los lleva a pensar en ser presidentes municipales, senadores y ya hasta se dice que hay más de cinco precandidatos a gobernador, esas cosas no van con el rumbo que está empujando Julio Menchaca.
El gobernador ha dicho que necesita gente profesionista, con ética y no hay segunda oportunidad, lo que se ha visto es que no es momento de que esta gente sueñe en alto, debe dedicarse a lo que recomendó Menchaca, servir a la gente porque son la primera cara que da la administración al ciudadano, regla principal que debe tener un servidor público.