El día 15 de diciembre los presidentes municipales electos en el estado de Hidalgo toman protesta y asumen el poder aunque por lo visto siguen siendo perfiles similares en el marco del mismo tema y problema epidemiológico sobre el que diversos teóricos de distintas procedencias disciplinarias partidistas se han pronunciado. No se percibe cambio alguno en las figuras tradicionales tanto del alcalde como sus regidores y síndicos, los cuales no se identifican con la evolución que vive el país mucho menos lo que ocurre en el desarrollo del municipalismo en el mundo.
Se han quedado en el pasado donde el presidente y su ayuntamiento ejercen el poder de favores y dependen del ánimo, no de una metodología científica, ignorando la importancia del rol que lleva el municipio hacia un país en el desarrollo económico, social y político y que su éxito o fracaso depende del municipio. Son la base sólida de una democracia participativa, lo que no se augura con estos presidentes electos que están a un día de asumir el poder.
Estos pudieran no resultar particularmente importantes para resolver los encargos sociales que les marca la ley como obligaciones para servir a la población, de manera paralela no se espera algo diferente de los partidos políticos aunque tienen la oportunidad de capacitar a los ya presidentes pensando en las próximas elecciones para definir candidatos, ganar votos y algunos para conservar su registro. Se teme que los partidos no van a lograr que la ciudadanía coopere o participe, que es lo más importante en un municipio y además se obstaculizará su participación real que ayudaría a un desarrollo municipal.