La convocatoria pública de Morena para el registro de aspirantes a gobernador del estado, es semejante a todas las convocatorias de todos los partidos en la que se establecen los procedimientos, fechas y mecanismos a seguir.
Es decir, una vía de cómo debería integrarse y cómo se lleva a cabo el registro. Desde luego, con las fechas de terminación de todas las etapas para elegir a los aspirantes.
Lo asombroso que está pasando en el Consejo Estatal de Morena es que el juego sucio está apoyado por la misma convocatoria en la base cuarta que no permite protestar, impugnar cualquier injusticia que haya en el proceso.
Nos hacen pensar que su candidato preferido, Francisco Javier Berganza, negoció bajo la mesa, reforzado por el Grupo Universidad, para que fuera el nombre más probable, como no ha logrado a nivel asamblea el voto necesario, enviaron el nombre del primer lugar, Abraham Mendoza, junto con dos mujeres para generar dos efectos: tener la posibilidad de que entre a las encuestas o al llegar a la Comisión Electoral se le elimine sin herir los acuerdos negros por no lograr los votos necesarios para legitimar ante la militancia su aspiración.
Existe incertidumbre entre la ciudadanía por la forma en que eligieron los cuatro nombres sin tomar en cuenta la percepción ciudadana que debe participar en la elección de quien puede tener un perfil adecuado, cercano a la gente y ganador.
La percepción ciudadana espera que el Consejo Nacional reaccione ante esta irregularidad para que no cause un alejamiento de los ciudadanos que creen que Morena es un movimiento democrático.
