La sociedad siempre se ha preguntado por qué fracasan los partidos políticos. Desaparecen, renacen, restauran su base de militancia, renuevan sus banderas con otros colores, generan una brecha con los ciudadanos causando un vacío en las acciones políticas, lo que motiva el hartazgo de la sociedad contra ese partido, que se aleja de la preocupación social e invierte sus valores al romper el tejido social.
Aunado al mal manejo de los recursos que les aporta la sociedad por medio del pago de impuestos, muchos ciudadanos no han entendido el rumbo, mucho menos el objetivo y la relevancia de esos partidos.
Esta actitud que han tomado estas organizaciones nos hace pensar que el mejor negocio en este país es vender y comprar votos. Por ello se han vuelto un centro comercial de conciencia y voto de los ciudadanos.
En Hidalgo hemos visto muchos fracasos de organizaciones políticas debido a la ausencia de esos partidos que solamente tienen la visión de ganar dinero, no servir. También vemos el auge económico de los líderes de dichos partidos por venderse con el poder al aceptar acuerdos y negociaciones que traicionan sus principios.
Para que la ciudadanía participe se tiene que renovar el sistema político electoral y de partidos, cortar los recursos para dejar espacios a quien tiene una causa política y social.
El ejemplo es que hoy todas las plataformas de los partidos políticos están en alto riesgo de incumplimiento porque ninguna organización ha manifestado cuál es el origen de este documento tanto a nivel interior como para generar alianzas electorales serias.
Eso provocará que gane el abstencionismo en la próxima elección.