A cinco días de que llegue la cita con las urnas para que los ciudadanos elijan a sus representantes para los dos congresos, federal y estatal, concluyen las actividades para la obtención del voto y se acaban las diferencias entre los partidos políticos y los candidatos. Desde luego esta campaña tuvo, en su desarrollo, mucho ruido, muchas explosiones espectaculares..
Todo esto fue ajeno totalmente a propuestas serias aunque estaba llena de diversidad; estas campañas tuvieron vacíos, nada de novedades en la ciencia electoral, huecas en los discursos sobre las necesidades o carencias de la ciudadanía en esta crisis de salud y de economía que vive el país.
Desde luego las ideas no aparecieron. Todos se copiaron, nunca generaron propuestas que fueran con el desarrollo de la ciencia de las campañas electorales.
Las estrategias solamente se plagiaron. Por eso la gente no ha visto la necesidad de acercarse a los candidatos, mucho menos a los partidos, ya que, como siempre, nunca dieron nada a la ciudadanía.
Pero la clave de estas campañas está en que fueron las más sangrientas de la historia contemporánea mexicana, ya que hubo más de 88 candidatos asesinados, demostrando la ingobernabilidad que vive el país, y la fortaleza del crimen organizado, que se ha desplegado por toda la República.
Por ello, se augura que en estas campañas el único ganador será la ambición de los partidos y sus candidatos, dejando que la ciudadanía siga con su esperanza de que algún día tendrá quien la represente legítima y legalmente debido a que actualmente los candidatos no han aportado nada por el bien del país.