Las elecciones del 2018 profundizaron la necesidad de un cambio en el proceso de transición democrática así como en el sistema de partidos, lo que exige generar nuevos conceptos en el perfil del liderazgo dentro del escenario político mexicano para potencializar el periodo de transición política y erradicar la crisis compleja que vive el país respecto a la confianza y hartazgo, luego del desmoronamiento de los partidos políticos por falta de cohesión con identidades políticas y sociales acompañados de la ausencia de la nueva figura de líderes cercanos a la sociedad.
A partir de estas consideraciones, lo visto es que los partidos políticos aún no abordan este tema dentro de su estrategia electoral; únicamente se están concentrando en detallar el mismo perfil tradicional sin lazos con la sociedad, lo que los puede llevar al fracaso como siempre, dejando a un lado el tema regeneracional de líderes que es lo único que puede impactar a los ciudadanos. Hoy en día, encontramos promesas jóvenes con carrera política que cumplen con la conceptualidad moderna de la cuestión política.
Derivado de su trabajo, ellos han presentado una evolución del concepto poder y su significado que nos ha marcado para calificar el nuevo liderazgo que tenemos en el estado de Hidalgo, por lo que los resultados de la encuesta realizada por el Colegio Libe de Hidalgo sobre la aprobación o desaprobación de servidores públicos, fueron sorprendentes, ya que los jóvenes del gabinete tuvieron mejor evaluación como el caso de Alejandro Enciso Arellano y César Román Mora Velázquez; por otra parte, los de mayor trayectoria profesional fueron descalificados. Los partidos políticos deben empujar y apoyar a esta nueva generación de líderes que pueden aportar a la transición que vive el estado.