No ha sido fácil la alarma de Covid-19 para los aspirantes y los partidos políticos aunque parece que está lejos de frenarlo; lo visto, es que el aumento de los nuevos infectados por el descuido del gobierno federal ante la toma de decisiones tardía para proteger la vida de los mexicanos.
Ante esta situación los ánimos de la gente no pueden flaquear, sobre todo cuando no tienen la determinación clara del calendario de movilidad restringida, aunado a la incertidumbre y desconocimiento de la pandemia y la dificultad para frenar la expansión de este virus.
Esto ha obligado a diversos mandatarios a rebasar al gobierno federal, entre ellos el gobernador Omar Fayad al aplicar medidas extraordinarias como suspender las actividades públicas de la administración y coordinar el cierre temporal de algunos sitios, limitando la movilización para evitar cualquier contagio.
A consecuencia de este virus, los aspirantes y los partidos políticos aún no anuncian o advierten el cómo van a operar en las próximas elecciones, sabiendo que son actores fundamentales en el proceso electoral.
Ante este escenario, se debe reflexionar acerca de una serie de asuntos con los cuales el electorado no va a poder identificarse con el candidato ni va a lograr conocer sus propuestas; por lo visto, están apostando a que solo con el respaldo del aparato partidista podrán ganar la elección.
Sin embargo, la realidad es que ninguno de ellos tiene garantizado el respaldo derivado de la fractura interna. Es así como se verá favorecido el abstencionismo, facilitando las prácticas ilegales de compra de coacción del voto, de tal manera que esperamos una elección ilegítima y fraudulenta.
www.colegiolibredehidalgo.com.mx