No se busca cobrar venganza, sino pedir justicia por las víctimas y educación para la prevención.
En una plataforma llamada Everyone’s Invited, miles de mujeres jóvenes y niñas en Gran Bretaña han compartido en el último mes relatos de violencia sexual, sexismo y misoginia durante su tiempo como estudiantes –acusaciones de todo, incluidos ataques sexuales, encuentros violentos, acoso verbal o tocamientos–, ofreciendo un espacio para el debate duro y sin atenuante para lo que parece ser una cultura de violación en los centros escolares. Que desgraciadamente sólo es una réplica de la violencia que se vive en las calles como mujer.
Estas denuncias masivas se vieron alentadas por el asesinato de Sarah Everard, de 33 años. Ella fue secuestrada y asesinada mientras caminaba de regreso a su casa en el sur de Londres la noche del 3 de marzo. La investigación policial confirmó más tarde que Sarah había adoptado muchas de las precauciones adicionales que las mujeres toman para sentirse seguras y que la mayoría de los hombres ni siquiera considerarían. Las tensiones se agravaron cuando la Policía Metropolitana de la ciudad les dijo a las mujeres de la zona que no salieran solas de sus casas después del anochecer, lo que provocó indignación y protestas en todo el país.
Para Soma Sara, londinense de 22 años que creó Everyone’s Invited, “la cultura de la violación es real”. Y en esa frase resume el dolor que se lee en los miles de testimonios publicados en su página, la cual cumple con no exponer los nombres de los acusados, sólo el centro escolar al que se hace mención y cómo los centros evaden y no sólo no toman acción contra los agresores, sino que son las mujeres quienes tienen la obligación de cuidarse para no ser víctimas. Una vez más se traslada la responsabilidad a la víctima, no al agresor, tal cual sucede en la vida cotidiana.
En la cultura de violación, que no sólo se vive en Gran Bretaña sino en todo lugar, hay elementos evidentes. Si bien cabe destacar que con esto no se busca generalizar que “todos los hombres son violadores”, se busca llamar la atención sobre elementos recurrentes ante la denuncia de violencia sexual. Una predominante es que en lugar de centrarse en detener a los criminales, responsables de estos ataques y crímenes, la policía y las instituciones gubernamentales les están diciendo a las mujeres y víctimas que deben limitar su libertad de movimiento para mantenerse a salvo.
No obstante, hay esperanza. En el mismo portal Everyone´s Invited, Soma Sara, la fundadora, ha creado una nueva sección que permite a los usuarios publicar de forma anónima sus ideas para cambio positivo. El objetivo es compartir los hallazgos de la comunidad con el gobierno y desarrollar soluciones. Se trata no de “scratcheo”, sino de "exponer la cultura de la violación a través de la conversación, la educación y el apoyo".
Se puede cambiar. Pero no sólo las formas de prevención, sino convertir la denuncia en un diálogo para la sociedad. No se busca cobrar venganza sino pedir justicia por las víctimas y educación para la prevención. No tiene que haber más víctimas y tampoco más agresores.
Por Sarai Aguilar Arriozola *
@saraiarriozola
*Maestra en Artes y doctora en Educación. Coordinadora del Departamento de Artes y Humanidades del Centro de Investigación y Desarrollo de Educación Bilingüe UANL.