La rutina cotidiana siempre se ve alterada por notas y noticias, impresas o en redes, que publican los medios. En supuesta cobertura de la noticia, publican lo que les conviene, lo que les interesa publicar, lo que les pagan por publicar, o lo que se sienten inspirados para publicar. No importa que se sesgue la noticia. No importa que se descontextualice o se tuerza la realidad. No les importa porque no están obligados–siquiera- a seguir sus parámetros éticos –si es que los tuvieran-.
Las noticias tendenciosas y sesgadas atentan contra el derecho al honor y la vida privada de las personas. Si las personas o los grupos de los que se “informa” son sujetas a un proceso judicial, la hoguera se atiza al más puro estilo de la inquisición, pero ahora mediática. El proceso judicial descrito por los medios que también es llamado “noticia” se escribe como culpabilidad y la presunción de inocencia se nulifica, omite o ignora.
El sujeto vinculado a proceso es culpable porque así lo mandatan los medios. En el marco del ejercicio de la libertad de expresión muchos medios buscan agredir y herir a ciertos grupos sociales, específicamente a aquellos que han sido discriminados y segregados a lo largo de la historia de la humanidad.
¿Qué podríamos hacer? Al amparo de los instrumentos internacionales de derechos humanos y de la Constitución política de México, legislar sobre estos derechos –y otros más- así como limitar el discurso de odio, resultan urgencias para garantizar la convivencia social y pacífica de todos los mexicanos. Porque como lo ha apuntado la doctora Valeria López Vela, “… detrás de cada discurso de odio se esconde la semilla de la violencia, del descrédito y del desprecio hacia un grupo. Los discursos de odio dañan la dignidad en presente y en futuro cuando logran enraizarse en el imaginario colectivo en esas opiniones que se dan por supuestas …”, entonces resulta impostergable su legislación.
No olvides: no dejemos que los medios normalicen la violencia mediática –que yo llamo silenciosa- contra los grupos vulnerables y minoritarios, contra los integrantes de algún grupo religioso, racial o étnico, o de cualquier tipo.
Sara S. Pozos
sarapozos.com