Política

Prefiero el covid que morirme de hambre

Se acaba el 2020 y nuestra capacidad de señalar al otro como máximo responsable del Apocalipsis no ha disminuido. Preferimos empalagarnos de moralidad que entender el desmadre que cada uno traemos en nuestras casas. Señalamos a los miles que están en los mercados o al sinfín de puestos de comida abiertos por la ciudad sin siquiera pensar las razones. Son todos unos pendejos y se acabó.

¿No crees que si pudiera, me quedaría en mi casa haría las compras de Navidad por Amazon y pediría el súper por internet? ¿Que cada mañana encendería mi laptop y trabajaría a distancia al igual que mis cuatro hijos con sus respectivas tabletas y conexiones rápidas?

Y te lo pregunto así, porque es muy obvio que en México solo una minoría privilegiada tiene acceso a las facilidades remotas que este covid maximizó. ¿Quieres comprobarlo? Si recorres el área metropolitana verás que las zonas de mayor poder adquisitivo suelen estar casi desiertas, pero las colonias periféricas rebosan de gente “como si nada pasara”.

Palabras que pongo entre comillas porque solemos decirlas en voz alta para tildar de irresponsable a un segmento de la población que no puede quedarse en casa de ninguna manera. Por eso el Metrobus, los camiones o el Metro están a reventar a pesar de convivir con una alerta roja que nos empuja a elegir entre darle de comer a mis hijos y enfermarme de covid.

“Pues, me la juego ¿no?” razonamiento obvio si mi sueldo lo cobro semanalmente, vivo al día y no tengo posibilidad de ahorro. Faltar al jale no es opción, así que atenderé el puesto, abriré el negocio, iré a la obra o la opción que se me presente para tener chamba durante uno de los peores contextos económicos de nuestra historia.

Y ojo que no me refiero a los que andan en fiestas y ningunean al virus. Esa es otra especie de pendejo que no merece perdón alguno porque se exponen por propia diversión. Personas con nulo sentido común y que son las únicas que debieran ser señaladas y sancionadas a todos los niveles.

Pero al resto ¿Quiénes somos nosotros para decirles que se queden en casa? No hay nada más jodido que pasar hambre o que llegue esta época navideña privando a tus hijos de la sonrisa que un juguete brinda. Por eso siempre he sido contrario a los cierres masivos que gangrenan nuestra economía. Es imposible sobrevivir cerrando tantos meses o dejando en un mínimo nivel de ocupación los restoranes. Ni hablar los giros infantiles que suponían una industria de millones de pesos en Nuevo León y que está enterrada.

Así las cosas para una actualidad que preocupa muchísimo y por eso me encabrona que señalemos sin analizar. Ojalá maduremos un poco y aprendamos a ser más empáticos. Nuevo León es mucho más contrastante que el desarrollismo que nos quieren vender. Somos una sociedad trabajadora que necesita seguir adelante a pesar de la pandemia. Basta de autoengañarnos con algo que no somos y evitar acusar a los verdaderos culpables.

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Santiago Fourcade
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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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