Cinco personas maniatadas presentadas por un organismo criminal como responsables del asesinato de dos estadunidenses, de herir a uno más y de privar de su libertad a los cuatro que estuvieron igual número de días desaparecidos evidencia el enorme desafío.
Autoridades de Tamaulipas, del gobierno federal y de los Estados Unidos ahora resultan dependientes del pseudo aporte de los criminales al aparato de procuración de justicia: ¿partimos de las decisiones de los cárteles y de las declaraciones de sus cómplices para iniciar la operación punitiva esencial que define al Estado en general y en particular a las autoridades de Estados Unidos y de México?
Imposible omitir la probabilidad de que cinco personas hayan sido amenazadas en la integridad de sus familias para declararse culpables antes que suponer, de inmediato y, en definitiva, que necesariamente los “entregados” son los responsables del evento criminal.
Ocurría incluso en la capital del país en los años 70: literalmente agarraban a un par de miserables que luego presentaban en conferencia de prensa cuando había una apremiante necesidad de mostrar culpables ante la opinión pública a cambio de dinero; habían cometido otros delitos. Los liberaban eventualmente algunos meses después. Se aseguraban en casos complejos de la imposibilidad de que denunciaran a quienes los habían detenido arbitrariamente.
¿En qué condiciones tiene peso definitivo la declaración de los delincuentes que entregan a semejantes o son enredados por ellos? Ayuda la veracidad y verosimilitud de los detalles y la consistencia lógica de los relatos. Véase el caso de Genaro García Luna.
Controversia: ¿no acaso también delincuentes acusaron a otros en el juicio de Brooklyn? ¿Por qué no pueden las autoridades mexicanas actuar en su territorio, siempre, para perseguir los delitos y hacer increíble e improbable la aportación probatoria de los narcos?
Pequeños y milenarios artrópodos, supervivientes de la época de los dinosaurios, con un veneno letal para los humanos, los escorpiones comparten nombre con el grupo criminal aparentemente responsable de la desaparición de los estadunidenses.
De acuerdo con lo reportado por Notivox y con una imagen compartida en las redes sociales de Azucena Uresti, había una cartulina firmada por Los Escorpiones en la que ofrecían disculpas a la sociedad por la muerte de “inocentes” —entre ellos una mujer que caminaba por el sitio— y se pedía hacer pagar a los responsables “de esos errores causados por indisciplina”.
La célula del cártel del Golfo es muy consciente del poder estadunidense. El pasado 26 de febrero comenzó a circular el video de un interrogatorio a seis personas señaladas de vender cristal y fentanilo, lo que a su juicio no tiene perdón.
Integrantes del crimen organizado que contribuyen a la justicia por su propia mano y las personas maniatadas en el piso revelan el espacio estatal cedido a criminales. ¿Son los narcos procuradores de justicia ahora?
Salvador Guerrero Chiprés@guerrerochipres