Política

Crimen, berrinches e incapacidad en Casa Jalisco

  • Fuente Ovejuna
  • Crimen, berrinches e incapacidad en Casa Jalisco
  • Salvador Cosío Gaona

Fue necesario ocurriera un feminicidio a las puertas de Casa Jalisco para encender las alertas en el Gobierno del Estado que nada había hecho por voltear a ver un tema que duele y lacera a las mujeres. Un tema que había sido desdeñado y hasta negado por parte del gobernador Enrique Alfaro Ramírez, hasta que la tragedia de la joven Vanessa Gaytán Ochoa colocó los reflectores en el asunto de género y salpicó a las autoridades estatales y municipales y al Poder Judicial. Pero principalmente al gobernador que fiel a su costumbre fue incapaz de reconocer sus errores y volvió a darse un tiro en el pie con sus desafortunadas declaraciones, peor aún, responsabilizó, otra vez a la prensa, y fue grosero con un grupo de reporteras, saliendo de sus cabales como tampoco resulta extraño verlo.

No podemos soslayar algunos temas, acciones y reacciones que hoy se vuelven mayormente sustanciales: La historia de Vanessa terminó a las afueras de Casa Jalisco pero comenzó mucho tiempo atrás; la joven tenía órdenes de protección que alguien incumplió, resultando ser víctima del agresor del que tenían que haberla protegido.

Hubo de llegar prácticamente a tocar la puerta del gobernador porque cuando se supo perseguida su abogado le indicó descender del taxi en que viajaba para pedir ayuda en la que debía ser la Casa más segura de la entidad; pero no fueron suficientes los escoltas de todos los miembros del Gabinete de seguridad reunidos al interior del inmueble, ni los policías que resguardan la casa para brindarle protección. Fue atropellada, apuñalada y muerta en la calle frente a todos ellos.

En Jalisco, las mujeres siguen siendo víctimas de feminicidios, violaciones, acoso y desapariciones; el estado se encuentra entre las entidades más violentas para las mujeres con 26 feminicidios en 2018, de los que vienen a la memoria el de Alexandra, quien al igual que Vanessa, Alondra y Laura contaban con una orden de protección que no se cumplimentó ante la falta de acción por parte de la autoridad municipal.

Ya se había avanzado bastante con el Instituto Jalisciense de las Mujeres (IJM), el Centro de Justicia para las Mujeres (CJM) y otras instancias que, si bien con ciertas deficiencias, limitaciones y falta de coordinación, consiguieron ubicarse como un referente a donde las mujeres ya sabían que podían acudir; pero una desafortunada decisión del gobernador terminó con todo ello quedando por ahora a la deriva. Además, redujo el gasto para la alerta de violencia de género de 15 a 14 millones de pesos respecto a 2018.

Por otro lado, la primera reacción del gobernador tras el terrible suceso, solo se puede calificar como deplorable cuando a través de sus redes sociales, revictimizó a la víctima. “Las disculpas no previenen, las promesas de quien les agrede no son garantía de nada; un primer acto de violencia, físico o psicológico, es suficiente para frenar, para decir basta, alejarse y pedir ayuda al 01800 00 68 537, 3345 61 66 o en su caso, ante una emergencia, al 911”. Una estupidez de texto.

Y contrario a aceptar la responsabilidad de su gobierno, redujo la tragedia producto de un feminicidio, a decir “es un síntoma de la descomposición de la sociedad jalisciense y no una responsabilidad del gobierno”, argumentando, además, solo se había tratado de la acción de “un loco”.

Todos sabemos ya de la desastrosa relación que mantiene Enrique Alfaro con la prensa, pero esta vez no conforme con recriminarles hacer “apología de la violencia”, regresó cuando ya había concluido la entrevista para, envuelto en cólera, encarar a las reporteras a quienes alzando la voz repetía una y otra vez que no era su culpa (la muerte de Vanesa) y que el hecho no tenía por qué marcar su sexenio, mientras las periodistas le pedían no gritara y no las agrediera.

El tema del feminicidio no pasó desapercibido para diversas instancias que se manifestaron exigiendo se investigue la omisión de funcionarios, y se definan estrategias como fue el caso de CLADEM, y Amnistía Internacional, entre otras. El sábado mientras tanto, decenas de personas llegaron a manifestarse a las afueras de Casa Jalisco para demandar la protección del Estado a quienes han sufrido violencia de género; exigieron justicia por la joven asesinada, que se trabaje en el tema y den resultados.

Así pues, a cinco meses de administración, Enrique Alfaro Ramírez lleva a cuestas la muerte de al menos 70 mujeres asesinadas en la primera quincena de abril. El gobernador tiene una ardua tarea por delante en el tema de género, en el asunto de cuidar, proteger y brindar seguridad a las mujeres jaliscienses, en hacer que se cumplan los protocolos que dictan cómo proceder para evitar más feminicidios y en darle un sitio de privilegio a estos tópicos en la agenda de Gobierno, porque aunque no le guste, aunque haga berrinche, aunque grite a las reporteras y aunque insista en que no es su culpa, el feminicidio de Vanesa a las puertas de Casa Jalisco, sí es responsabilidad de su Gobierno. Y es tiempo de dar la cara por todas ellas.

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@salvadorcosio1

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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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