Política

Cardenales, ¿y si buscan un “David”?

El primer libro de Samuel en la Biblia (1 Sam 16, 1-13) relata cómo el profeta Samuel fue enviado por Dios a Jesé, en Belén, de Judea, “porque he visto entre sus hijos al que quiero como rey”.

En Belén, Dios le pidió a Jesé que le presentara a sus hijos. Vio al mayor, Eliab, y pensó: “Seguro que el Señor tiene ante él a su ungido”; pero Dios le dijo a Samuel: "No te fijes en su aspecto ni en lo elevado de su estatura, porque yo lo he descartado. Dios no mira como mira el hombre; porque el hombre ve las apariencias, pero Dios ve el corazón".

Y así, sucedió con todos sus hijos que fueron descartados, faltando solo uno, David, el menor, un pastor. Samuel pidió que lo trajeran ante él, y al llegar, Dios le dijo a Samuel: “Levántate y úngelo, porque es este”.

El Colegio Cardenalicio, previsto con 133 electores, este 7 de mayo entrará en Cónclave a la Capilla Sixtina para elegir a un obispo de Roma, sucesor de Pedro, “piedra” de la Iglesia. Desde 1059, los cardenales son únicos electores de un Papa, y desde 1962, quien sea promovido al cardenalato debe ser consagrado obispo.

Los cardenales en cónclave son electores, pero no los únicos elegibles. Y por curioso que parezca, las normas para la elección de un Papa mantienen la posibilidad de elegir a un sucesor de San Pedro a quien no esté en cónclave.

La norma específica de elección, la constitución apostólica Universi Dominici Gregis  (Señor del rebaño universal) establece (No 90) que “si el elegido reside fuera de la Ciudad del Vaticano, deben observarse las normas” del Ordo rituum Conclavis  (Orden de los ritos del Cónclave), e incluso, advierte que “si el elegido no tiene el carácter episcopal, será ordenado obispo inmediatamente” (No. 88, segundo párrafo), con lo que también se abre la posibilidad de que se elija a un presbítero (sacerdote), que hipotéticamente, si no reside en la Ciudad del Vaticano, entonces reside en Roma, en Italia, o en cualquier parte del mundo.

El Ordo rituum Conclavis , indica cómo se procederá en ese caso hipotético (no muy factible, pero posible): "Si el Elegido reside fuera de la Ciudad del Vaticano, los cardenales electores eligen dos cardenales que asisten al cardenal Presidente hasta la llegada y aceptación del Elegido. Luego, el cardenal que preside y los dos cardenales que lo asisten llamarán al Sustituto de la Secretaría de Estado, quien cuidará con cautela que el Elegido llegue a Roma lo antes posible, impidiendo absolutamente los medios de comunicación social, por los cuales podría ser violado el secreto del cónclave”. 

Al llegar el Elegido, “se convocará a los cardenales electores e introducirá al Elegido en la Capilla Sixtina, para que se pueda realizar el rito de aceptación” (No. 62), y si no es obispo deberá ser consagrado obispo, para luego ser presentado ante el pueblo como Papa. 

Así que, si el Colegio Cardenalicio no se fija en las apariencias (mediáticas y políticas eclesiásticas) y sí en el corazón, más que sorpresas entre electores y elegibles, habría en este Cónclave. ¿O no?


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Rubén Alonso
  • Rubén Alonso
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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