En el mes de junio de 2022, el Congreso del Estado de Jalisco deberá elegir quién presidirá durante los siguientes cinco años el Instituto de Transparencia, Información Pública y Protección de Datos Personales del Estado de Jalisco (ITEI), así como de la Comisión Estatal de Derechos Humanos de Jalisco (CEDHJ), dos organismos autónomos que fueron concebidos con carácter y participación ciudadana.
Dos procesos de designaciones con procesos distintos que requieren, como todas las que realiza el Congreso del Estado, ser sometidas a una revisión de fondo para reducir el que continúen atrapadas en la lógica de “cuotas y cuates” cuando son asumidas como patrimonio e intereses de grupos, que a la postre subordinan las instituciones y las desnaturalizan.
A partir de enero, que despunta sus luces, sería pertinente comenzar un serio, abierto y público debate sobre dos puntos: los organismos que necesitamos y queremos para los próximos años y el perfil de la persona que se requiere para ellas; o sea, invertir el proceso, para dejar al final la designación de la persona en específico.
Un primer resultado de ese debate será realizar los ajustes respectivos a cada proceso, para garantizar dos cosas: mayor participación ciudadana y procesos de evaluación y valuación de eventuales participantes, que ofrezca a las y los diputados elementos para su decisión libre y soberana con la que sus designaciones tengan no sólo un carácter legal, sino legítimo. Otro resultado será contar con elementos para que ahora sí, sociedad y Congreso construyan una Ley de Designaciones Públicas, tan necesaria y reclamada en Jalisco. 2022 es una oportunidad para que el Congreso de Jalisco haga historia. Y sí, 2022 someterá a prueba, una vez más estas instituciones, el talante del Congreso de Jalisco y la participación ciudadana, individual y colectiva-organizada. No olvidar que la renovación de instituciones requiere, a la par, una evaluación del camino recorrido, de lo realizado, para replantear su futuro, sus retos. No se trata sólo de cubrir puestos; menos aún, de saldar compromisos con alfiles o peones de manos que operan como dueños de esas partidas.
No nacimos ayer. El camino observado y recorrido provoca preocupación, la cual, esperemos despierte y provoque más preocupación en otros, aunque algunos quisieran que esto sucediera en silencio, bajo la mesa, a oscuras, para operar lejos de la vista pública.
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