Lo que tardo años por fin se logró esta semana, el Congreso de Puebla aprobó las reformas al Código Penal sobre el aborto. Acción que convierte a la entidad en la número 14 en respetar el derecho a decidir de las mujeres.
¿Qué significa este logro? pues mucho porque sólo se considerará aborto a la interrupción del embarazo que se realice después de la décimo segunda semana de gestación. Es decir, la mujer que interrumpa su embarazo antes de este tiempo ya no será penalizada legalmente, tampoco será obligada a enfrentar una maternidad no deseada y mucho menos a poner en peligro su vida en clínicas clandestinas.
Pero toda decisión tiene restricciones, en este caso para quienes decidan interrumpir su embarazo después de la semana 12, se aplicará la pena de uno a tres años de prisión. Y para las personas que fuercen a las mujeres a abortar en cualquier etapa de gestación el castigo será de cuatro a ocho años de prisión, mientras que la pena será de ocho a 10 años de prisión si se aplica violencia física o moral. Así que ya lo saben, novios y familiares.
Me llama la atención que entre lo aprobado este martes, también se considere violencia el noviazgo entre los hijos e hijas con la pareja de alguno de sus progenitores. Esto lo celebro pues desde mi niñez mi tía enfermera me contó del caso de una mujer que era golpeada si se atrevía a usar algún método de control natal, pese a que ya tenía más de seis hijos. Ella jamás tuvo el derecho a decidir sobre su cuerpo y al final su esposo la desechó cuando tomó por esposa a su propia hija adolescente. Sin duda ambas mujeres sufrieron los efectos del patriarcado.
Los derechos de las mujeres deberían respetarse como se hace con los de los hombres, pues a ellos jamás se les vio mal cuando dieron la espalda a su responsabilidad de ser padres.
Esta columna la escribe una mujer, hija de una madre soltera, y aunque ella decidió tenerme, le hubiera tenido el mismo respeto si hubiera dicho que no, porque yo en su situación y contexto sin dudarlo hubiera optado por la interrupción del embarazo.
Agradezco a quienes me enseñaron el derecho a decidir, porque sin éste hoy no sería lo que soy.