Política

Batallas más allá de las aulas

Hace unos días las conciencias de los padres de familia entraron en shock ante la noticia de la muerte de Norma Lizbeth, una joven estudiante, víctima de bullying en Teotihuacán.

Algunos hicieron un ejercicio de memoria y recordaron casos de su niñez, de las peleas en el receso o las experiencias de sus hijos, hermanos o amigos, e inevitablemente surgió la pregunta ¿cuántos casos de bullying escolar hay en Puebla? La respuesta la dio la secretaría de educación estatal, María Isabel Merlo: cinco casos en distintas escuelas.

Este tipo de acoso es un problema serio que afecta a estudiantes de todas las edades en todo el mundo. De ahí que varias series estadounidenses y coreanas reflejan esta realidad, y peor aún que tomen casos de la vida real para llevarlos a la pantalla, donde vemos cómo los jóvenes libran batallas en las aulas y fuera de la escuela, donde sus compañeros los acosan de manera repetitiva y sistemática.

A veces las burlas van más allá de lo verbal, surge violencia física, difamaciones en línea y todo tipo de abusos; como que chicas se atrevan a quemar con un rizador de cabello los brazos de su compañera, caso de 2006, en Cheongju, una ciudad al sur de Seúl, en Corea del Sur, como se muestra en “The Glory”, la serie número 3 más vista en Netflix. O como se visibilizó en “Glee” de Disney+.

Y es que la realidad supera la ficción en México y en Corea, y por eso normalizamos ver una pelea estudiantil en un vídeo y descubrimos la indiferencia de los espectadores que no paran la agresión o que los victimarios no se detienen ni porque son grabados.

Después del acoso escolar, viene el proceso de “reparación de daños”, donde en la mayoría de casos si la víctima sobrevive: el agresor obtiene el perdón. Pero ¿qué sucede cuando alguien muere?, está claro que los agresores intentan huir, protegidos por sus padres.

El acoso escolar puede tener consecuencias graves en las víctimas, quienes pueden caer en la depresión, la ansiedad, el aislamiento social, e incluso el suicidio.

Está claro que esta batalla va más allá de las aulas, va más allá de una campaña de sensibilización del problema, es necesario informar a padres y maestros para que identifiquen y prevengan el acoso escolar. Y cuando ya se tiene un caso, no solo mirar detrás de un dispositivo, es necesario que brindemos apoyo a las víctimas, no sólo por ellas sino por sus futuros y el entorno escolar de las futuras generaciones.


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Rosario Portillo
  • Rosario Portillo
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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