Política

¿La realidad? Se decreta, y ya…

Otis fue un huracán muy selectivo: nada más destrozó dos municipios del estado de Guerrero. Los naturales afincados en esa entidad federativa creían al principio que 47 circunscripciones habían sido afectadas. Pues no. Fueron dos nada más, no 47.

Quien se piense, a estas alturas todavía, que un ciclón categoría 5 es mucho más devastador, pues que se remita a lo promulgado en la “declaratoria” (emulando a Gil Gamés, me permito hacerles saber, amables lectores, que es la primera vez que garrapateo este terminajo, acuñado muy seguramente por cerriles burócratas) publicada el 3 de noviembre, ni más ni menos que en el Diario Oficial de la Federación (DOF). Se corrige allí lo que había anunciado, presa del alarmismo propalado por las fuerzas conservadoras, doña Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana.

La verdad, en este país, no se constata. Se decreta: dos municipios y sanseacabó. Y el supremo ente calificador de las cosas es, justamente, el referido DOF. Por algo es oficial.

El ciudadano de a pie —o un simple observador externo— puede tener una percepción de la realidad enteramente diferente. En el caso del referido huracán, sale a las calles después de una noche de terror, y se encuentra con un paisaje de absoluta devastación: casas sin tejados, muebles que salieron volando de edificios, postes de electricidad derribados, árboles arrancados de cuajo… Pero, a la hora de que esa visión necesite ser confirmada de manera… oficial, pues como que el asunto cambia.

Podría ser algo chusco, eso de no oficializar la desgracia, pero el tema es que, al no protocolizar debidamente una tragedia, las autoridades se pueden desentender de organizar las acciones —urgentísimas, apremiantes y de primera necesidad— para portar ayuda a los afectados.

Estamos hablando de gente que se ha quedado sin casa, sin comida, sin agua para beber, sin electricidad, sin medicamentos, sin enseres, o sea, literalmente, sin nada. Pero, esto, ¿nada más en Acapulco y Coyuca de Benítez? No sabíamos, con perdón del antedicho DOF, que las fuerzas de la naturaleza tuvieran tal precisión quirúrgica y que supieran contener su furia en cuanto traspasaran algunas fronteras trazadas artificialmente por los delineantes de un territorio estatal.

La fabricación oficial de una realidad alterna no se ha quedado ahí, sin embargo: incursionando en las esferas del más maléfico surrealismo, el supremo Gobierno de Estados Unidos Mexicanos acaba de decretar, nuevamente en el DOF, que se termina la emergencia declarada en su momento por “la ocurrencia de lluvia severa y vientos fuertes el día 24 de octubre de 2023 en dos municipios del estado de Guerrero”.

Los adjetivos que estilan los redactores del multicitado DOF deberían de figurar, de tan mesurados, en un curso para mitigar los ardores de novelistas excesivamente fervorosos: “lluvia severa”, ponen, y “vientos fuertes”.

En efecto, si Otis no pasó de ser eso, pues entonces solamente dos municipios… y al diablo con la “emergencia”. Digo, tiene lógica, ¿no? 


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Román Revueltas Retes
  • Román Revueltas Retes
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  • Violinista, director de orquesta y escribidor a sueldo. Liberal militante y fanático defensor de la soberanía del individuo. / Escribe martes, jueves y sábado su columna "Política irremediable" y los domingos su columna "Deporte al portador"
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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