Política

2022: ¡Occidente gana la guerra de los calendarios!

El año nuevo resulta de un orden planetario –la Tierra completa un giro alrededor del Sol en algo así como 365 días (se le añaden 6 horas a esta cifra cada vez y al cuarto ciclo acontece un año bisiesto)— pero la celebración que acostumbramos en Occidente, y en buena parte de un mundo irreversiblemente occidentalizado, es tan arbitraria como poco, o nada, científica.

En Musulmania festejarán, al ponerse el sol el viernes 29 del próximo mes de julio, el primer día del que, paralelamente, será el primer mes, el Muharram, del calendario islámico. En lengua árabe le llaman R’as as-Sana a la celebración, lo cual viene siendo prácticamente un duplicado fonético del Rosh Hashaná judío, miren ustedes, que comenzará también en un día viernes, pero más tarde, el 18 de septiembre.

Llevan más tiempo en este planeta los hebreos, según parece, porque en el antedicho mes de septiembre se cumplirán, para ellos, 5783 años desde que se originaran todas las cosas habidas y por haber –o sea, el principio mismo de los tiempos, con perdón de la teoría del Big Bang y de otras suposiciones de la física— mientras que nosotros los cristianos apenas hemos alcanzado, hoy, 2022 primaveras, como se dice en el habla cursi.

Naturalmente, fue Jesucristo quien fijó el comienzo de la contabilidad o, más bien, doña Iglesia se las apañó para empotrar la Natividad en el periodo invernal del hemisferio norte –en Australia y en la Argentina no hay renos ni trineos en esta época del año, qué caray (bueno, aquí tampoco pero nos hemos especializado en importar usos y costumbres ajenos a nuestra idiosincrasia nacionalista-revolucionaria)— y que coincidiera así con las fiestas paganas de los antiguos, las del solsticio, aparte de establecer, urbi et orbi, el nacimiento de toda una civilización.

En lo que toca a los antedichos musulmanes de Musulmania, en el verano les caerá encima el año 1444 A.H. de su calendario pero no pretenden, creo, que la vida en este valle de lágrimas haya comenzado a florecer apenas el 16 de julio de 622 (según los registros gregorianos que llevamos nosotros) sino que acaeció ahí el comienzo de la Hégira (por eso se colocan esas siglas luego del número del año, para precisar que es un intervalo islámico, un Anno Hegirae), que fue cuando Mahoma, el profeta del Islam, se vio obligado a huir de La Meca hacia Medina ante la persecución de sus enemigos. ¿Antes de eso qué había en la península arábiga? Pues Medina, por lo pronto, estaba habitada por ciudadanos politeístas –es decir, que creían en varios dioses según lo que se pudiere ofrecer— y tres tribus judías que, apenas llegado Mahoma a esas tierras, fueron masacradas y expulsadas.

Lo de China es otra historia (el 1º de febrero van a celebrar 4720, el año del Tigre) y ya no cabe en este espacio.

¡Feliz 2022 de todas maneras, amables lectores! 

Román Revueltas Retes

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Román Revueltas Retes
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  • Violinista, director de orquesta y escribidor a sueldo. Liberal militante y fanático defensor de la soberanía del individuo. / Escribe martes, jueves y sábado su columna "Política irremediable" y los domingos su columna "Deporte al portador"
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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