Miren lo que dice Víctor Manuel Vucetich: los mejores futbolistas mexicanos ya no juegan en nuestras canchas porque los clubes no pueden pagar sus costosos servicios (por lo visto, el negocio está en descubrir primeramente el talento local, formarlo en las filas de un equipo y venderlo luego a otras ligas).
Las cifras, en las competiciones europeas, son de dar calambres: el Wolverhampton no es precisamente el conjunto de más relumbrón en la Premier League pero a Raúl Jiménez no lo va a soltar por menos de 100 millones de dólares, dicen, a quienes se interesen por tenerlo en sus filas (se habla inclusive de lo quisiera el mismísimo Manchester United).
Pues no sé cuántos equipos de la Liga MX tengan un presupuesto global que alcance siquiera ese monto pero el propio Querétaro, dirigido en su momento por el llamado Rey Midas del futbol mexicano (es uno de los directores técnicos con mejores resultados a lo largo de su brillante carrera) se vio en una situación financiera muy complicada al dejar de tener ingresos de taquilla por el cierre de los estadios. Don Víctor Manuel no quiso dirigir ya a un conjunto muy mermado por la venta de jugadores y los forzosos ahorros.
Pero el gran escenario futbolístico ya no es solamente Europa: de pronto, la Major League Soccer se aparece en el horizonte como una asociación deportiva que no sólo le pisaría los talones a la Liga MX sino que, en palabras de Vucetich, “ya nos está rebasando” a nivel futbolístico. Para mayores señas, los cuatro mejores centros delanteros de México –Javier Hernández. Alan Pulido, Rodolfo Pizarro y Carlos Vela— juegan en los Estados Unidos.
El futbol –como todo— es dinero, señoras y señores. Y este balompié de aquí, jugado en estadios vacíos y fatalmente sujeto a los derechos de trasmisión televisiva justo en el momento en que los anunciantes reducen sus presupuestos publicitarios, este balompié –repito— no parece estar en la mejor situación de su azarosa historia.
Detrás de las palabras de Vucetich se puede adivinar su propósito de dirigir, justamente, algún equipo de la liga vecina. Curiosamente, el espantajo del coronavirus ni siquiera asoma la cabeza cuando se disponen, allá, a comenzar el torneo MLS is Back (54 partidos, jugados por 26 equipos del 8 de julio al 11 de agosto). A ver en qué acaba todo esto…