Es que esta Liga ya no se entiende. O, bueno, siempre ha sido así. Pensábamos, los aficionados, que en este Clausura cambiarían las cosas. Siguen igual.
El tema, para empezar, es que cuando este escribidor decidió dar por sentenciado el (negro) futuro de sus Chivitas resulta que se aparecieron en la cancha y le ganaron al “invencible” América. No les sirvió para maldita cosa en la deslucida Champions regional en la que compiten nuestros equipos, es cierto, pero mostraron que no los podemos seguir ninguneando.
El Cruz Azul, por su parte, parecía tener tamaños de campeón, dirigido y espléndidamente motivado por Martín Anselmi, un tipo que transformó de pies a cabeza a los cementeros. Pues, ya no. O, ya no tanto: habiendo cosechado seis victorias al hilo luego de arrancar la competición con un empate y una derrota, cayeron (entendiblemente) ante el club que supuestamente les gana a todos con la mano en la cintura, el tal América, pero luego se les puso enfrente el Santos Laguna, en la jornada 11, y les anotó tres goles sin que los de Torreón recibieran ninguna respuesta en sus redes.
En lo que toca a otro que mostraba grandes capacidades, el Pachuca, y cuyo trabajo con sus fuerzas básicas nos parecía punto menos que admirable, un Querétaro respondón le plantó cara y lo derrotó en esa misma jornada 11. Y eso que los Tuzos habían sido los primeros en noquear al América, a mediados de febrero, quitándole su racha de invicto en el torneo.
Ah, y hablando de los poderosos regiomontanos, ese Monterrey tan provisto de jugadores, dicen, que podría participar en dos torneos a la vez sin despeinarse, empató con el referido Querétaro en lugar de pasarle por encima, no pudo anotarle ni un mísero gol al Toluca en la jornada 7 y no logró tampoco ganarle al sufrido Tijuana del ‘Piojo’ Herrera; Tigres, el otro embajador plenipotenciario de la llamada ‘Sultana del Norte’, grandísimo favorito según los agoreros que ya habían decretado que nada más tres equipos iban a mandar en esta trepidante competición, fue inmisericordemente derrotado por el todopoderoso América el pasado fin de semana, cayó ante el Toluca en la jornada 11, empató con el muy disminuido Atlas y perdió frente a los cementeros de Cruz Azul, por no hablar de sus otros empates ante Pumas y ante un Querétaro que, miren ustedes, no se achica jugando contra los presuntos “grandes”. Muy pobre rendimiento, el de los glorificados Tigres, disputándole ahora al Necaxa, último lugar en el pasado torneo Apertura, la sexta posición en la tabla.
Al final, ya lo sabemos, se decidirá todo en la Liguilla. Otra lotería, por cierto, en una Liga MX que pareciera estar deliberadamente diseñada para romper cualquier apuesta.
