En solidaridad con Celina
Gómez Vázquez
Todo mundo tiene derecho a manifestarse como considere conveniente; más aún si su protesta es legítima. En México siempre ha habido quienes les molestan las manifestaciones contra el poder: a los de arriba les molesta la movilización clasista de los de abajo. La marcha de #VibraMéxico en principio fue convocada por organizaciones derechistas u oficialistas como Mexicanos Primero, Causa en Común y Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad. Lo cierto es que algunas o muchas de estas organizaciones –como Mexicanos Primero, pretendiendo la privatización de la enseñanza pública– se oponen rabiosamente a las protestas de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación [CNTE], acusándola de vandalismo. Si la marcha fue exitosa o un fracaso depende de cómo se vea. El hecho es que esta marcha realizada el domingo pasado protestando contra el cretino de Trump está bien; pero la cuestión es que muchas de estas organizaciones son proclives al oficialismo tricolor y también pretendían, de manera disfrazada, dar un espaldarazo servil al gobierno de Peña Nieto, el responsable del gasolinazo. Una marcha puede ser muy legítima, pero también depende de quienes son los convocantes, pues se requiere tener la suficiente autoridad moral y política. En este caso, muchas de las organizaciones convocantes, o sus “líderes”, carecen de toda autoridad moral por su abierto oportunismo y servilismo político, porque algunas no son representativas de ninguna posición democrática; al contrario, forman parte, sus elites burocráticas, del poder político, y en sí mismas detentan un poder autoritario, algo que cuestionan al propio Trump.
Una de las razones de esta marcha fue muy clara: unidad contra la injerencia y los daños que causa y puede causar el fascismo de Trump contra México. Eso está muy bien. Pero, la verdadera cuestión reside en quien o quienes han hecho o pueden hacer más daños directos o colaterales a esta Nación. No hay ninguna duda: quienes han venido causando terribles males sociales a la mayoría de los mexicanos, al pueblo trabajador, han sido los propios gobernantes mexicanos. El enemigo principal está en casa. El Estado mexicano, sus elites tecnócratas, su clase política, representativos de la oligarquía capitalista local y extranjera, han venido propiciando tantos males sociales que difícilmente los podría superar Donald Trump. Los daños económicos, sociales, políticos, ambientales, etcétera, ocasionados al país a lo largo de las últimas décadas han sido catastróficos: desempleo y subempleo, desigualdad y degradación social extrema [miseria y pobreza social], salarios y condiciones laborales absolutamente precarios; hiperviolencia social apocalíptica, asesinatos y desapariciones toleradas o en complicidad con los cárteles criminales del narco; corrupción extrema gubernamental por todos lados e impunidad cínica [cleptocracia al por mayor]; autoritarismo e ineptitud mayúscula; pérdida de soberanía creciente; represión a movimientos populares, indígenas, campesinos, y a luchadores sociales cuyas demandas son muy legítimas por defender derechos humanos, laborales, sociales y políticos; degradación de la educación y de la salud pública; devastación ambiental de extensos territorios; saqueo de recursos naturales patrimoniales, etcétera. La lista de agravios es larguísima ¡Casi cuatro décadas perdidas económica y socialmente por el neoliberalismo salvaje! Los daños actuales y futuros de Trump a México es un juego de niños comparado con los daños por los gobernantes federales priistas y panistas; para no mencionar los gobernantes estatales de la partidocracia inepta y corrupta. Convocantes a la marcha #VibraMéxico fue la derecha intelectual de Letras Libres y Nexos. Enrique Krauze afirmó: “Quise venir por el peligro que se cierne sobre México…” ¿Cómo, ahora sí existe una “peligro”? Qué lo diga un historiador liberal es vergonzoso ¿Quiere decir que México ha sido y es el mejor de los mundos posibles, pero hoy amenazado externamente? Me recuerda inevitablemente las tesis estalinistas del gánster Vicente Lombardo Toledano, quien junto con sus seguidores, sostenía que los principales males sociales de México eran ocasionados por el imperialismo yanqui ¡Claro! Había que apoyar políticamente un gobierno nacionalista revolucionario y a una burguesía progresista, ficticios.
Aquí en Guadalajara #VibraMéxico los acarreos borreguiles estuvieron a la orden del día. Al mejor estilo corporativo charril de la CROC, CROM y CTM, la burocracia dorada de la Universidad de Guadalajara sacó a miles de estudiantes, maestros y administrativos. “En la marcha de los udegeistas contra Trump se escucharon algunas descalificaciones contra los que protestaban. A la altura de Chapultepec un par de hombres se acercó a donde iba el contingente y les grito borregos, padillistas lacras y cuestionó por qué no marcharon contra el gasolinazo o por Ayotzinapa. Los organizadores, encabezados por el rector Tonatiuh Bravo Padilla, no hicieron mayor caso de la provocación, y al final de la marcha se dijeron satisfechos con la convocatoria lograda en marcha contra Trump” [MILENIO, Jalisco, 13/02/2017]. Ciudadanos ejemplares, críticos, quienes increparon, nunca hubo ninguna provocación; la mayoría ciudadana que protesta contra el gasolinazo también clama: ¡“Fuera Padilla”! ¡”Fuera Padilla! Durante la marcha las banderas de Los Leones Negros se enarbolaban. Muchos estudiantes asistieron sólo porque los maestros les prometieron puntos extra u horas de servicio a su favor. Obligados por listas de asistencia, promesas de mejorar calificaciones, el chantaje de la nómina, etcétera, son los métodos clientelares y corporativos ominosos utilizados por el poder caciquil ¿A qué viene la demagogia caciquil de que atenderá a los estudiantes deportados por Trump si en esta universidad hay miles y miles de rechazados por las políticas perversas de exclusión social? A diferencia de la UNAM o de la UAM, profesores, investigadores, y estudiantes, protestan enérgicamente contra sus respectivos rectores porque nunca consultaron a la comunidad para participar en #VibraMéxico. Típico, rectores oficialistas al régimen gubernamental como lamebotas de Peña Nieto. En la UdeG, la ausencia de pensamiento crítico es atroz, solamente los universitarios democráticos estamos en contra del caciquismo padillista y por la unidad del pueblo en contra de Trump y de Peña Nieto.
