Gran parte de la política internacional de Donald Trump tiene como fondo discursivo el combate al terrorismo, de hecho EEUU se ha proclamado desde hace tiempo paladín en su enfrentamiento y por su causa han iniciado guerras e invasiones, aunque al final resulta que había un fondo económico y particularmente el interés por controlar las riquezas petroleras.
En su sentido más amplio, el terrorismo es la táctica de utilizar un acto o una amenaza de violencia contra individuos o grupos para infundir terror, miedo, zozobra, intranquilidad en la población, la cual no tiene nada que ver con respecto a los fines políticos perseguidos, es decir dirigidos anónimamente contra gente inocente.
En su base por lo general hay bases revolucionarias, pero también ha habido gobiernos que lo han utilizado para amedrentar a sus enemigos políticos tanto en su interior como exteriormente hablando, por eso hay controversias en su definición, a partir de considerar sus fines.
Así, por terrorismo internacional se entiende el empleo o uso de la violencia para lograr determinados objetivos políticos, sociales o económicos en las relaciones internacionales
La lista de actos terroristas es larga, especialmente en los últimos cincuenta años; pero fueron notorios los realizados por los anarquistas entre 1880 y 1910 cuando murieron varios líderes mundiales, incluyendo un presidente estadounidense y un rey italiano; o aquel sucedido en Bosnia contra el heredero de la corona austro-húngara, antecedente de la Primera Guerra Mundial.
En los últimas décadas, los habidos en Irlanda, País Vasco y Medio Oriente, entre otros.
En estos casos, usando artefactos explosivos, se han registrado daños a edificios, trenes, camiones, áreas públicas, con cientos de muertos y heridos.
Pero hay otra práctica más silenciosa, no por ello menos violenta, nueva expresión de aquellos actos ya clásicos de la guerra fría, donde los imperios trataban de subvertir el orden de los países contrarios o los del tercer mundo para acercarlos a su ideología o explotarlos bajo sus intereses económicos.
México durante la administración Trump ha sido víctima de un nuevo terrorismo que este mandatario gusta desplegar, según la locura con la cual amanezca cada día, su objetivo es claro, mantenernos bajo terror con fines electorales.
