La Villa del Saltillo no fue sorprendida por las fuerzas insurgentes en 1811.
De hecho habían tenido noticias del proceso desde el inicio de los hechos desencadenantes.
A las inconformidades por las Reformas Borbónicas siguieron las noticias de la instalación en Francia de la Convención, la cual proclamó la República Francesa en 1792 y 5 meses después, de la muerte Luis XVI, así como la alianza de Inglaterra, Prusia, Austria, Rusia, Holanda y España quienes declaran la guerra a Francia.
El poderío militar logrado por Napoleón motivó una nueva alianza que fue fraguada entre 1806 y 1807; como aliados de Inglaterra, participaron España y Portugal.
Napoleón en respuesta invade a estos últimos países; los reyes portugueses de la Casa de Braganza huyeron a Brasil, en tanto la Casa Real Española se dividió ante la invasión francesa; tras la abdicación, por presión de Napoleón, Fernando VII, reintegra el poder a su padre e hizo conducir prisioneros a la familia real española a Francia.
Al desaparecer el poder legítimo de la Corona española, el pueblo inició una lucha por su independencia haciendo frente mediante guerrillas, y organizando la Juntas Gubernativas algunas con ideas constitucionalistas.
En julio de 1808, llegó la noticia a la Nueva España de la abdicación al trono del Rey español, pero también exhortaciones de las Juntas españolas para que en América se organizaran otras con los mismos propósitos.
Del Real Tribunal del Consulado de la Ciudad de Guadalajara, con fecha 1º de noviembre de 1808, se recibieron en Saltillo dos ejemplares impresos de la proclama enviada por la Suprema Junta Central que comunicaba la situación que se vivía en la Península donde estaban sin armas, municiones, pertrechos de guerra, ni caudales, solicitando se reuniera dinero para la causa.
El patriotismo se encendió en la Villa, el 22 de noviembre se celebró la jura del rey Fernando VII, y se formó una compañía de milicianos voluntarios por orden del Comandante General, reuniendo dinero para su vestuario y montura.
¿Propósito? ¿Acaso prepararse a contener algún tipo de presencia militar francesa en Saltillo?
¿Quizá enviar a los milicianos a la Península? o ¿Prever la aparición de simpatizantes de los constitucionalistas que trabajasen contra la monarquía absoluta? Continuaremos.