Política

La historia en blanco y negro

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El debate sobre la mal llamada “conquista de México” es un fiel reflejo de las visiones acerca de la realidad actual en nuestro país. Ahora, en las más altas esferas del poder político están aquellos que ven el mundo en blanco y negro; los buenos contra los malos, los españoles contra los indios, lo extranjero frente a nuestras raíces, etc. Es, en el fondo, un resultado de nuestra historia patria, largamente labrada por el régimen de la Revolución mexicana.

El indigenismo oficial, que no ayudó al indígena real, pero sí construyó una nueva imagen, idílica, del pasado precolombino, lo hizo a partir de la eliminación del periodo tricentenario del virreinato, como ya lo advirtió en su momento Octavio Paz. Y cuando se habló de éste, se volvió a simplificar para borrar la realidad de una larga y compleja historia en la que no todos los indígenas estaban del mismo lado y no todos los españoles actuaban al unísono; se borraron así, por ejemplo, las diferencias entre los encomenderos y la Corona, bajo cuya protección se pusieron muchas comunidades indígenas. Se borraron también las diferencias entre órdenes mendicantes, así como entre éstas y el clero secular. Al final, la historia patria olvidó 300 años de historia y seguimos sin entender, por lo mismo, mucho del siglo XIX y poco del XX.

El resultado fue una historia trunca, incapaz de explicar un país realmente plural, étnica y culturalmente más complejo que ese pasado mítico. Ese es, en el fondo, el mismo error de la 4T: pensar que la totalidad del país se puede entender a partir de una sola parte, sea éste el pobre, el indígena, el morenista, o cualquier otro sector social. Incluso la idea del mestizaje, aunque bien intencionada, pues pretendía unificar un país, igualándolo con base en la idea de una mezcla étnica dominante y cuasi absoluta, fue reduccionista. En 1994 indígenas en Chiapas se levantaron en armas, para defender su identidad y su cultura; indígena, no mestiza.

Nuestra historia patria debería ser enseñada con los muchos tonos de gris. Pero, por el contrario, está llena de simplismos: los españoles fueron malos, la Iglesia fue persecutoria, la Corona española nos saqueó. Y los niños terminan por no entender nada o por tener una visión maniquea de la realidad. En el fondo, la historia que la 4T nos quiere contar es la misma que construyó el régimen de la Revolución, agregada de un poscolonialismo simplista, que exige el perdón del hombre blanco, para iniciar el restablecimiento del paraíso perdido. No es así, desafortunadamente, como lograremos construir un país consciente de su herencia prehispánica y colonial, de su pasado de violencia e intolerancia, de las raíces de la desigualdad y de la injusticia. No es así como lograremos construir una sociedad respetuosa de la pluralidad y la diversidad. Estaremos atados a visiones simplistas que reproducen el maniqueísmo resentido contra el enemigo seleccionado, que resulta ser la mitad de nosotros mismos. Cultivaremos el odio y el revanchismo; el rencor y la venganza. Terminaremos festejando, desde lo alto del teocalli, los miles de muertos y sus corazones arrancados para satisfacer a la divinidad.


Roberto Blancarte

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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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