De acuerdo con las continuas informaciones que se produjeron durante el largo fin de semana, tanto por parte de las autoridades federales como locales, a partir del día de hoy en Jalisco, al igual que en Guanajuato y Yucatán, entraron en vigor la suspensión de clases en todos los niveles escolares, como parte de las medidas de prevención que han sido establecidas por las autoridades, apelando al sentido de corresponsabilidad social de los mexicanos.
Aunque adelantadas, tales medidas se inscriben en el marco de la Jornada Nacional de Sana Distancia recomendada por las autoridades sanitarias de nuestro país, con el propósito de contener la eventual transmisión comunitaria que, conforme a la información acerca de los patrones de propagación exponencial de los contagios del Covid-19 que se han observados en otros países, se estima que en nuestro país estaría ocurriendo durante las siguientes cinco semanas.
Si se pudiera sintetizar en una frase el sentido práctico de tales medidas, creo que me quedaría con la expresada durante la rueda de prensa diaria convocada por el gobierno de México con motivo del Covid-19 del domingo pasado: la mejor vacuna contra el coronavirus 2019 somos nosotros mismos.
Se escucha muy simple y realmente lo es; sin embargo, tal pareciera que la simpleza o sencillez resulta escurridiza y hasta incómoda para la racionalidad del ser humano. Al menos así lo demuestran ciertos comportamientos que rayaron en la irracionalidad, como lo fueron las compras compulsivas de papel higiénico, y lamentablemente en los escasos cuatro días no dejó de observarse a través de las redes sociales, la irresponsable propagación de noticias falsas en torno a la gravedad de la situación que se vive en el país en torno a los casos de contagio confirmados.
Ciertamente una manera de interpretar estas reacciones sociales apuntaría a la desconfianza cívica que prevalece en torno a las instituciones públicas; sin embargo, también son un signo inequívoco de los escasos niveles de responsabilidad para con la salud de uno mismo y de la insolidaridad para con la salud y el bienestar de los demás.
Ya habrá tiempo de sobra para reflexionarlos.
