Lo que pasa en las cárceles mexicanas, se queda en las cárceles mexicanas. Esta es la máxima que autoriza una de las injusticias más infames del sistema penal mexicano. Como ejemplo está la prisión federal femenil de Morelos, conocida como el Cefereso 16. Se trata del negocio más miserable del hombre más rico de México, Carlos Slim Helú.
Este centro femenil fue construido por Ideal, una constructora integrada dentro de Grupo Carso, que en el presente es responsable de la gestión material de un sitio donde viven, recluidas, poco menos de 900 mujeres.
Este negocio es redondo porque la instalación alberga al doble de las mujeres que debería y a la mitad de las personas para las que tiene capacidad.
De las 900 reclusas que hay ahí dentro, la mitad no cuenta con sentencia en primera instancia. Es decir, que están recluidas en el penal femenil de más alta seguridad personas cuya culpabilidad no ha sido probada.
Sobresale, entre otros casos, el de Brenda Quevedo Cruz, quien lleva 16 años enclaustrada sin que haya sido declarada culpable del supuesto secuestro de Hugo Alberto León (alias Hugo Alberto Wallace), principalmente por insuficiencia de pruebas. Esto, a pesar de que la ONU recomendó que Quevedo transcurriera su proceso penal en prisión domiciliaria.
Por otro lado, esta instalación fue construida suponiendo que iba a albergar a 2 mil mujeres. Así quedó estipulado en el contrato entre el gobierno federal y el Grupo Carso. El cobro que la empresa demanda al presupuesto público no es capaz de distinguir si la ocupación es solo de 50 por ciento.
En fecha última este penal femenil ganó peor fama por dos hechos: primero por el envenenamiento sufrido por 400 reclusas, que debieron ser atendidas fuera del Cefereso ya que, debido a este incidente, se dio a conocer la insuficiencia de servicios médicos y de medicinas.
Hace unos días la autoridad penitenciaria reconoció también la muerte de ocho mujeres cuyo deceso ocurrió en circunstancias sospechosas. Se asume que pudo haberse tratado de un suicidio, pero los familiares de las víctimas no cuentan aún con las respectivas autopsias.
Zoom: el Cefereso 16 es una evidencia más de la enorme injusticia que se vive dentro del sistema de justicia. Un hecho que cuando se narra en femenino revela sus peores garras.