Haber convertido al Partido Revolucionario Institucional en un club de leales tendrá un costo aún incalculable. Desde que llegó a la presidencia de esa fuerza política, Alejandro Moreno ha tratado a ese partido como si fuera una franquicia endosada a su nombre.
Él decide las candidaturas, reparte los recursos, premia y castiga en función de sus propios intereses, hace alianzas y las rompe a partir de lo que a él le conviene. Este manejo patrimonialista ha provocado que cuadros importantes tanto a nivel nacional como en las localidades hayan sido excluidos.
El ejemplo más evidente de esta marginación sucedió en el Senado, donde la bancada del tricolor sufrió una fractura irremontable. En agosto de este año, el ex secretario de Gobernación. Miguel Ángel Osorio Chong; la ex presidenta priista, Claudia Ruiz Massieu, y el ex gobernador de Estado de México, Eruviel Ávila, entre otros, renunciaron a su militancia argumentando que Alito Moreno estaba llevando a ese partido al desbarrancadero.
Entonces el líder formal del PRI desestimó la importancia de esta escisión. Sin embargo, este martes su arrogancia volvió a cobrar peaje cuando varios de esos cuadros anunciaron su adhesión a la candidatura de Claudia Sheinbaum. El discurso de Eruviel Ávila no dejó duda sobre las razones detrás de esta decisión. Señaló puntualmente a Alito Moreno como responsable de la sangría.
El impacto de este movimiento golpeó más allá del ámbito priista. La principal afectada es obviamente Xóchitl Gálvez, la precandidata presidencial de la oposición. Adrián Rubalcava, alcalde de Cuajimalpa, no perdió ocasión para señalarla como “títere” sometido a la arbitrariedad de las dirigencias partidarias asociadas dentro del Frente Amplio. En particular, a la voluntad de Alejandro Moreno.
En paralelo, Andrés Manuel López Obrador opinó respecto de estos movimientos, afirmando que “toda alianza (de Morena) es buena cuando el objetivo es la transformación.”
El mensaje enviado a través de estos antiguos dirigentes del PRI está dirigido a las bases que aún le restan a ese partido. En las elecciones de 2024, el llamado Primor (PRI-Morena) será un recurso relevante para arrasar.
Zoom: el Primor se convertirá en un refugio de acogida para todo aquel militante del PRI que esté dispuesto a sumarse a la oferta encabezada por Claudia Sheinbaum.
