La domesticación de la Suprema Corte es el objetivo. La técnica política del golpe reiterado quiere volverla mansa, sumisa y manipulable. No se trata de dinero, sino de poder. Avasallar al Judicial, pues, que etimológicamente quiere decir volverlo vasallo.
Arrebatar 21 mil millones de pesos por medio de la extinción de los fideicomisos del Poder Judicial federal es un golpe más. Si ese monto fuera realmente relevante, si hiciera falta para resolver necesidades presupuestales del gobierno federal, hay otras fuentes para obtenerlo (por ejemplo, recuperar el dinero que por esa misma cantidad se robaron de Segalmex).
La Corte ya explicó que los fondos previstos para esta expropiación afectarán mayormente los sueldos y las prestaciones de los trabajadores. Esta medida tendrá también un impacto grave sobre la infraestructura de los juzgados y las sedes judiciales. Y lo mismo lastimará la tarea que desempeña el Instituto Federal de Defensoría Pública, que es el abogado de la población más pobre del país.
Sin embargo, estos argumentos son irrelevantes porque de lo que se trata, precisamente, es de reducir al mínimo a esa institución de la República.
En mente tiene la Cuarta Transformación al Poder Judicial de los peores años del partido único, cuando no había juez, magistrado o ministro que se atreviera a decirle que no al presidente. No hay agenda oculta, el propósito es dinamitar la independencia, o más precisamente, asegurar la dependencia del Judicial al Ejecutivo.
Al desaparecer los fideicomisos, la SCJN y el Consejo de la Judicatura tendrán que mendigar año con año recursos a la Secretaría de Hacienda, igual que sucedía antes de la reforma de 1994. Bajo la premisa del que paga pega, el Ejecutivo terminará definiendo el presupuesto anual para este poder en función de la proximidad o la distancia política.
Ciertamente, la Corte no está indefensa frente a este nuevo embate. Si desde el Legislativo no se logran los votos para combatir el recorte, el tema terminará resolviéndose con los amparos promovidos por el personal afectado en sus condiciones generales de trabajo.
Zoom: Ese escenario también ha sido calculado. Cuando la SCJN sea obligada a convertirse, a la vez, en árbitro y parte de un asunto propio, estarán listas las condiciones para arrojar el último misil contra el Poder Judicial federal.