Ir al supermercado es una actividad que la mayoría puede realizar. Hay un modelo híbrido en el que se puede hacer el súper desde el formato tradicional en la caja; realizando el auto pago; o bien, aprovechando alguna aplicación para solicitarlo desde casa. Opciones que surgen para mejorar el desempeño de un sector al alcance de la gente.
Hace unos días un amigo se acercó a consultar por qué no podía quedar su trámite de escrituración. Llevaba meses tratando de concluirlo, pero el notario se limitaba a decirle que como su propiedad tenía un gravamen registrado, él no podía continuar hasta que el Registro Público de la Propiedad (RPP) hiciera su trabajo. Históricamente la comunicación entre notarios y RPP no ha sido, en general, la mejor. Ha sido dominada, más allá del derecho, por formas obsoletas de interacción que terminan inhibiendo inversión, creación de negocios y empleos, o simplemente explicando alguna de las principales razones por las que México experimenta grandes retos de irregularidad en su régimen de propiedad privada.
La voluntad es fundamental para realizar actos jurídicos y cada día se vincula más con la tecnología, sin afectar su validez legal. Por ejemplo, aceptar condiciones de aplicaciones telefónicas en servicios bancarios o de transporte; firmar contratos electrónicos para rentar una casa; usar claves electrónicas para manifestar la voluntad ante el Servicio de Administración Tributaria; o ante instancias judiciales. Este contexto que muestra una cada vez más estrecha la relación entre derecho y tecnología, parece no tener justificación que valga para no involucrar a todos los RPP con las notarías que les correspondan en todo México. Implementar soluciones innovadoras que ya se aplican en otras latitudes. Por ejemplo, el aprovechamiento de tecnología Blockchain, una tecnología que, al margen de su fama por el Bitcoin, es una gran alternativa para democratizar el acceso a servicios públicos tal y como se ha visto en los regímenes de la propiedad de algunas zonas de Brasil o España para impedir que los trámites sean duplicados, falsificados o alterados y se minimice la posibilidad de actos de corrupción y los elevados costos en tiempo y dinero.
Ir al notario o al RPP en México debería ser tan accesible como ir al súper. Contar con opciones en las que al menos estén, por un lado, el modelo tradicional ya conocido y por el otro, el de un e-notario público y un e-RPP que contribuyan en mejorar el desempeño del sector, el desarrollo económico de las entidades, la comunicación entre notarías y RPP, así como las condiciones de certeza en la propiedad privada mexicana a partir de información segura en inviolable.
Ricardo Corona*
* ABOGADO ESPECIALISTA EN ANÁLISIS DE POLÍTICAS PÚBLICAS EN MATERIA DE JUSTICIA Y ESTADO DE DERECHO.