Política

Carros que relinchan

En Estados Unidos, Dodge está estrenando un nuevo modelo que reemplazará al Challenger y al Charger —dos de sus modelos más icónicos. Como es de esperarse, esta nueva versión es completamente eléctrica. 

Hace un par de días vi un análisis de este nuevo modelo y lo que más me sorprendió es que de agencia incluye un sistema de sonido, interno y externo, que simula los ruidos de un feroz V8. Es más, puedes hacer que suene como si estuvieras revolucionando un motor de gasolina, o también que se escuche casi como una turbina de avión. 

Es evidente que la industria automotriz está pasando por un momento extraordinario de transformación. Por un lado está todo lo relacionado con la electrificación y la tendencia hacia reemplazar los motores de combustión interna por motores eléctricos y sus respectivas baterías. Eso de por sí es un tema que implica un profundo cambio en cómo se diseñan y cómo se producen los vehículos. 

Pero no es lo único. 

Estamos también viviendo una etapa en la que el comercio internacional necesitará reacomodarse por completo. Si hay una industria que ha venido integrándose a nivel global es sin duda la automotriz, pero ahora la administración del presidente Trump está obligando a todos a rediseñar sus cadenas de suministro. Todavía hay muchísima incertidumbre sobre qué es lo que sucederá, pero, por lo pronto, los directivos de las armadoras tienen que estar constantemente reaccionando y reajustando sus planes. 

Hay más cosas. Las tasas de interés siguen relativamente altas, y aunque esto no ha frenado del todo la venta de autos nuevos, tampoco es como que ha permitido que aceleren. 

Está también el surgimiento de las armadoras de China. En la última década explotó el número de marcas de autos originarias de ese país, y muchas de éstas salieron a conquistar otros mercados después de la pandemia. Llegan con productos desconocidos, pero con precios sumamente accesibles y —como ya lo vimos en México— rápidamente le ‘comen’ participación de mercado a las marcas legacy. 

En lo que se refiere a las empresas como tal, hay todo tipo de dramas. Está lo de Tesla y cómo está siendo boicoteada en Europa. Sigue siendo, por mucho, la armadora más valiosa del mundo… pero el precio de su acción se desplomó de más de 420 dólares a finales de enero a menos de 265 dólares. Stellantis perdió a su CEO después de que la empresa reportó un retroceso en las ventas, y varias de las marcas de lujo, incluyendo a Mercedes Benz y a Porsche, han decepcionado por sus ventas en China. Y está por supuesto el drama en Nissan, que recientemente eligió a un mexicano como su nuevo CEO (se ganó la rifa del tigre).

Más allá de nuevas tecnologías, de nuevas marcas o de nuevas reglas globales, pareciera que la industria automotriz enfrenta incluso una crisis de identidad. ¿Las armadoras son empresas de tecnología? ¿Son empresas de lujo? ¿Tienen todavía espacio para crecer? ¿Cuáles son las que dominarán en el mundo de los eléctricos? ¿Y qué hay de la autonomía? 

La crisis de identidad se ve muy bien reflejada en ese nuevo Charger. Me imaginé a quienes diseñaban los primeros automóviles, hace más de 100 años, pensando cómo podrían hacerle para que esos nuevos aparatos que estaban diseñando olieran a caballo, o que relincharan, suponiendo que esto sería lo que los clientes buscaban.


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René Lankenau
  • René Lankenau
  • Fundador de Whitepaper
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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