Vivir al día es angustiante. Si bien el dinero no da felicidad, sabemos que resuelve y genera tranquilidad.
Los diversos choques que afectaron nuestro dinero y vida en los últimos 24 meses hacen que anhelemos estar listos para cualquier evento inesperado: inflación, desempleo, reducción salarial, incumplimiento de pagos de los clientes, etcétera, pero la vida se interpone.
Unos 9.1 millones de mexicanos tienen créditos informales vigentes, según el Inegi, y una tercera parte lo usa para comida, gastos personales y servicios como la luz. Lo mismo hacemos con los créditos formales, los de nómina o personales, pues la mayoría de los 4.3 millones de adultos que los tienen, lo usa para gastos personales, y 15 por ciento lo destina a pagar otra deuda.
Vivimos con la quincena comprometida y pedimos a familiares, amigos, agiotistas, bancos o fintech para los gastos corrientes. Además, la mitad de los mexicanos no ha podido ahorrar desde que inició la pandemia y tres de cada 10, de plano, no lo hacen, según Bain & Company. Por eso, 70 por ciento anticipa un impacto negativo en sus finanzas. Esta falta de seguridad financiera nos impide decidir qué metas queremos lograr. Trabajamos para pagar lo que ya consumimos, como el supermercado de la semana pasada.
El Consumer Financial Protection Bureau señala que el bienestar financiero implica:
1. Tener control del dinero, saber administrarlo a corto y largo plazo.
2. Tener capacidad de absorber un choque financiero vía un fondo de emergencia, ahorro, seguros u otros medios.
3. Estar en la ruta para conseguir tus objetivos financieros; poder identificarlos en el corto y largo plazo, y establecer la estrategia para lograrlos.
4. Tener libertad financiera para disfrutar y decidir en qué quieres gastar.
Para ya no vivir al día urge adoptar estos cuatro lineamientos como objetivos. Si hay deuda, ver cómo pagarla y retomar el control del dinero que sí tenemos. Entonces, ahorrar y absorber los choques inesperados. De ahí será posible pensar en el retiro como una meta a largo plazo y las vacaciones como una a corto. Esa tranquilidad permitirá ahorrar más e invertir para lograr cada meta y, con el dinero del día a día, disfrutar el hoy. El camino lo conocemos y si aprovechamos las herramientas digitales y comparamos los productos del sistema financiero para elegir los mejores, nos facilitaremos el proceso.
¿Sencillo? No, implica esfuerzo, pero está en nuestras manos iniciar y conseguir la tranquilidad anhelada.
Regina Reyes-Heroles C.
@vivircomoreina