No hay frustración más grande para un individuo que ya subió un peldaño en su vida profesional y social que volverlo a bajar”, me dijo Alejandro Valenzuela, director general de Banco Azteca y Servicios Financieros.
En 2010 el Banco Mundial indicó que durante esa década 17 por ciento de los mexicanos se sumó a la clase media. ¿Qué es eso? En México, todo ingreso por encima de la línea de bienestar del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), de 3 mil 240 pesos mensuales por persona o 12 mil 960 pesos por familia de cuatro integrantes. Tener ingresos familiares de 15 mil pesos mensuales es, para 61 por ciento de los mexicanos, pertenecer a la clase media, según De las Heras Demotecnia.
Podemos estar o no de acuerdo con el Coneval o con la definición de clase media de una mayoría, pero debemos coincidir con Alejandro en que perder patrimonio es razón de frustración para cualquiera. En medio de la pandemia, eso le preocupa: los mexicanos que van a “volver a bajar”.
“Si divides México, los segmentos A, B y C se parecen mucho más entre ellos, y son muy diferentes a los D y E”. No hay convivencia, solo cohabitación, me dijo el directivo del banco con casi 2 mil sucursales y cuyo objetivo es la captación de recursos y colocación de créditos en los segmentos C+, C y D+.
Las diferencias entre segmentos son muchas, pero la que aporta flexibilidad y resiliencia es pertenecer a un clan. “Ese clan es la gran fuerza en el sector popular mexicano”. Quienes laboran en el sector informal con los ingresos más bajos son más flexibles y resilientes, en parte, por operar como clan. “Antes vendían refrescos y hoy venden máscaras y gel antibacterial, además, si uno se queda sin ingreso, el clan lo protege”, me explicó.
No es así para quienes ganan entre 13 mil pesos mensuales y hasta 20 mil por familia y se considera parte de la clase media. “Es un segmento más aislado cuya pertenencia a un clan es más remota, su nivel de flexibilidad o resiliencia es menor y su dependencia a la quincena es mayor”. Este segmento, que puede tener ingresos mayores a 20 mil pesos al mes, es donde “veo problemas en los meses venideros, pues se nos acaban los ahorros”.
En los primeros cuatro meses del año, la captación bancaria incrementó en 853 mil millones de pesos a un saldo histórico de 6.9 billones de pesos, según Asociación de Bancos de México (ABM). En agosto, el saldo bajó a 5.8 billones.
Los mexicanos que ahorraron y previeron al inicio de la pandemia, que no cede, necesitan usar su colchón. “Es la clase media la que se come sus ahorros y habrá mucha frustración y tensión”, me dijo Alejandro.
Si a eso se suma el dolor de perder a una parte del clan por covid-19, ya sea el cercano o remoto, ¿cuánta frustración y tensión podremos aguantar?, y ¿qué pasa cuando ya no aguantemos?
@vivircomoreina