Los contagios suben, ómicron amenaza con sumar meses de pandemia a los 20 superados, y en México ya no hay energía para levantar el cachete del piso.
Cada vez menos empleados creen que son importantes para las empresas. Según el estudio Health on Demand, de Mercer Marsh Beneficios, de 2019 a 2021 el porcentaje de mexicanos que sienten que su bienestar es importante para su empleador bajó de 44 a 36 por ciento.
A esto hay que sumar el repentino cambio de la pandemia, pues “veníamos de una aparente calma y la explosión de contagios genera incertidumbre y compromete más la salud mental de las personas”, me dijo Ariel Almazán, director de Wellness, Health & Claims en Mercer Marsh Beneficios México.
Por eso, tres de cada cinco empleados en México (63 por ciento) están estresados a diario, según Health on Demand, y es urgente que las empresas les muestren que sí importan. Sin empleados no hay negocio sostenible, se pierde rentabilidad, y ya ni hablar del compromiso.
El burnout o desgaste profesional es un síndrome compuesto por tres variables:
1. El agotamiento emocional. “Una pérdida progresiva de energía con una continua fatiga física y mental”, me explicó Ariel.
2. La despersonalización. “Nos volvemos como robots y elaboramos una barrera para protegernos y nuestras relaciones e interacciones ya no son conscientes”.
3. El abandono de la necesidad de realización personal en el trabajo. El trabajo pierde valor y disminuye la inquietud de crecer.
“Estamos en un momento álgido y las organizaciones deben echar a andar los protocolos y acciones aprendidas”, me dijo Ariel. Esta vez, hay que poner al empleado al centro y mirar la salud física y la mental.
En 2020 las empresas se adaptaron, cuidaron a los más vulnerables y aminoraron riesgos. Todo protocolo implementado permitió seguir operando y poner el foco en la resiliencia durante 2021.
Este año es necesario retomar esos protocolos balanceando la salud física y mental de las personas, incluso cuando se discute el trabajo presencial. Es un año para reinventar esa relación entre la empresa y los colaboradores y, sobre todo, mostrar que sí importa.
Una parte esencial de esta relación está en los beneficios. En México solo dos de cada 10 empresas aumentaron sus presupuestos para optimizar los planes, según Reinventando los beneficios, de Mercer Marsh Beneficios. Para muchas organizaciones la clave está en revisar sus beneficios e invertir de forma inteligente en salud y bienestar. Porque, como me dijo Ariel, “los empleados con apoyo hacen una plantilla más resistente y eso invariablemente se traduce en un mayor rendimiento en la organización”. Hoy necesitamos salud mental y física, y si las empresas lo entienden y nos apoyan, como los 20 meses anteriores, responderemos con productividad y lealtad.
Regina Reyes-Heroles C.
@vivircomoreina