El riesgo es un concepto más presente en nuestro vocabulario, y no porque seamos inversionistas asiduos que aprovecharon las oportunidades que trajo la pandemia por covid-19. Nos sentimos más endebles y por eso somos más conscientes de los posibles contratiempos a nuestro alrededor.
Siete de cada 10 ciudadanos consultados por Axa en su Future Risks 2021 muestran un aumento en la percepción del riesgo en el mundo y se sienten más vulnerables que hace cinco años.
En el top 10 de los riesgos del estudio de Axa, el primero es el cambio climático, le sigue la ciberseguridad y luego la pandemia y las enfermedades infecciosas. En el sitio ocho está el riesgo de estabilidad financiera, hoy más que nunca tememos que será imposible alcanzarla o mantenerla.
La estabilidad financiera, según datos de la Reserva Federal, es “construir un sistema financiero que pueda funcionar en los buenos y malos tiempos, que absorba todas las buenas y malas cosas que suceden en cualquier momento a la economía”. Para la Fed, “no se trata de prevenir el fracaso o detener a las personas o negocios de hacer o perder dinero. Se trata de ayudar a crear las condiciones en las que el sistema siga funcionando con efectividad hasta cuando pasan tales eventos”.
Esta definición, pensada para la economía de un país, puede utilizarse para las personas. La estabilidad financiera para una persona o una familia implica construir un sistema financiero que ayude en las buenas y en las malas.
Las malas: si nos quedamos sin empleo, tener un fondo de emergencia para concentrarnos en buscar un nuevo trabajo en vez de estresarnos porque no hay dinero, porque no hay ingresos.
Las buenas: llegan ingresos nuevos, un bono, un segundo empleo, y la estabilidad financiera permite aprovechar y crecer nuestro ahorro para el retiro, adquirir un activo o hacer una inversión.
Las inversiones, los seguros, el ahorro y el uso del crédito son herramientas para enfrentar un momento bueno y uno malo. Para aprovecharlos hay que participar en el sistema, conocerlo y saber elegir el mejor camino para nosotros.
Este lunes inició la Semana Nacional de Educación Financiera 2021 de la Condusef y abre una oportunidad para pensar en nuestra estabilidad: ¿Pudimos enfrentar lo que trajo covid-19?, ¿podremos aprovechar y hacer un ahorro extra?, ¿podremos enfrentar otra dificultad?
En las más de mil actividades de la SNEF 2021 podremos reflexionar cómo estamos y encontrar soluciones o estrategias de apoyo para construir nuestro sistema de estabilidad. Si logramos mitigar ese riesgo, podremos enfocarnos en otros, al final, la estabilidad financiera puede ser un trampolín para aminorar el riesgo de la pandemia vía una correcta estrategia de seguros de salud, por ejemplo. La SNEF puede ser el primer paso para participar, conocer, elegir mejor y estar listos para lo que venga.
@vivircomoreina