¿Qué es verdad? Hoy todo lo que debemos saber está en la palma de nuestras manos, pero esa enorme cantidad de información ¿es confiable?
En México hay más de 130 millones de usuarios de celulares inteligentes que pueden leer cientos de periódicos, ver programas de debate o videos informativos y escuchar podcasts. Aun así, el mayor riesgo para este 2024 es la información errónea y la desinformación, según el informe de Riesgos Globales 2024 del Foro Económico Mundial (WEF) publicado ayer.
“Los titulares desalentadores no tienen fronteras, se comparten regular y ampliamente, y una sensación de frustración ante el status quo es cada vez más palpable. En conjunto, esto deja un amplio margen para que riesgos acelerados —como la información falsa y la desinformación— se propaguen en sociedades que se han debilitado política y económicamente en los últimos años”, escribe Saadia Zahidi, directora general del WEF.
Uno de los riesgos que se despega de la información falsa o la desinformación es perder la confianza en los hechos y la autoridad, de esta desconfianza se desprende una amplificación de las divisiones sociales, de las ideologías, la violencia y la represión política, señala el estudio. Estas divisiones perduran y no son sencillas de borrar.
¿Quién dice la verdad?, ¿cómo saber que lo leído o escuchado es verdad? Son preguntas que muchos ciudadanos no hacemos.
No solo se trata de quienes con conocimiento de causa transmiten información falsa, hay que reflexionar sobre los contenidos sintéticos que van desde una sofisticada clonación de voz hasta la falsificación de sitios digitales. “En los siguientes dos años, los contenidos sintéticos manipularán a los individuos, harán daño a las economías y fracturarán sociedades en numerosas formas”, anticipa el estudio. Cada vez es más difícil diferenciar entre contenidos generados por seres humanos versus la inteligencia artificial y, más allá de quién o qué genere el contenido, éste puede ser lo suficientemente emotivo para que los ciudadanos respondan, decidan y actúen en consecuencia.
¿Qué estoy viendo y escuchando?, ¿por qué me ha llegado esta información? Son más preguntas que debemos hacer.
El estudio del WEF muestra que hay correlaciones entre la información falsa y la desinformación, con la censura y la vigilancia, así como con la erosión de los derechos humanos, “lo que indica una mayor probabilidad percibida de que los tres riesgos ocurran juntos”.
En un año electoral en muchos rincones del mundo, incluido México, pensar en este riesgo —considerado el número uno en 2024— implica reflexionar sobre regulación, libertad de expresión, confianza y hasta la definición de la verdad. ¿Qué preguntas debemos hacer cuando abrimos la pantalla del celular inteligente?