Ya no, ya no se puede seguir echándole la culpa de todos los males del país a los del pasado, seguir señalando a Felipe Calderón y a quienes gobernaron antes como los culpables y responsables de que el país siga ensangrentado. Este gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador que ofreció en diciembre del 2018 pacificar el país en seis meses, ya lleva más de cuatro años en el gobierno, que será sin duda, el sexenio más sangriento desde que se lleva registro de la violencia, y que es totalmente responsable de los malos resultados que se tiene en combate a la inseguridad, es el responsable de la estrategia fallida de seguridad y de la falta de aplicación del estado de derecho.
La ocupación de muchos territorios de parte de los criminales, los hechos de terror que ocurren a diario en muchas ciudades del país, como lo ocurrido solo en los últimos cinco días en Laredo, Tamaulipas; en Celaya, Guanajuato; en Guaymas y San Luis Rio Colorado; Acapulco, Guerrero, la inoperancia de las fuerzas de seguridad, una Guardia Nacional que solo llega a tomar nota luego de ocurridos los hechos de violencia, todo ello nos quita a los ciudadanos libertades y nos arrebatan la tranquilidad de nuestras familias.
Junto con la violencia, es alarmante el nivel de impunidad que tenemos en México. De cada 100 homicidios que ocurren en el país, solo se esclarecen siete asesinatos, es decir, un 93 % no se persigue, ni se detiene a nadie, ni se castiga al responsable, documenta Impunidad Cero. Los participantes en la cadena de la impartición justica han fallado, desde las policías municipales y estatales, los ministerios públicos, las fiscalías y el poder judicial. Hasta las fuerzas armadas hoy involucradas en la tarea de seguridad no se les ha permitido actuar contra el crimen, pero si se les ha involucrado en decenas de actividades que corresponden a la vida civil.
Para desgracia de nuestro país, el que la hace no la paga, y no será fácil revertir eso con un gobierno que cree y festina que “vamos bien”, cuando ya está en el quinto año del sexenio.
Raúl Frías