La reforma energética no es el plan, es y debe ser una herramienta para poder tener una transición energética real, bajo un acuerdo entre los poderes de la nación, para el bien común de la sociedad. Pero si no somos dueños de tecnologías, importamos y dependemos de otros países para tener acceso a tecnología, por qué perdemos el tiempo en banalidades puritanas que no llevan a nada, y solo atrasan al conocimiento de las generaciones actuales y las del futuro.
En los últimos meses se ha dicho que en México estamos rumbo a una transición energética, basada en una transformación. La afirmación anterior es totalmente falsa y existe una falta de entendimiento desde un punto de vista de ingeniería energética, ambiental y económica, debido a que México sigue pensando en planes de corto plazo, según lo que cada administración desee, o que cree poseer la verdad.
Las anteriores, actuales y futuras administraciones adolecen de un plan de largo plazo real, y todo lo resumen en llenar papeles y planes, presupuestos o proyectos que no conciben una transición energética real. Puras palabras sin fundamentos de largo plazo.
Trataré de poner sobre la mesa qué es una transición energética, y para una mejor comprensión y entendimiento real explicaré dos términos:
A) Energía primaria. Primero debemos de conceptualizar cuánta, y de qué tipo de energía primaria tenemos. Puede provenir del subsuelo, suelo, aire, agua o todo aquello que tomamos de los recursos naturales destacando principalmente los rayos solares, viento, petróleo crudo, gas natural, ríos, vapor de volcanes, minerales como carbón, y próximamente el litio (en 10 años), desechos orgánicos, o protones de elementos de la tabla periódica, es decir, energías en su estado natural, que no han sido transformadas por medio de tecnología. El mundo llegará en 2050 a tener energía infinita por medio de la fusión nuclear.
B) Energía secundaria. Determinado lo anterior, ahora debes de tener la tecnología y el volumen necesario para ser utilizado para su transformación en energía portadora de la primaria, y la cual es llamada secundaria. Las tecnologías de mayor uso son: plantas de generación, o de procesamiento, refinerías u otras tecnologías que puedan generar algún combustible, energías de uso final o un elemento que libere energía, y cuyo fin es el ser usado en las actividades cotidianas del ser humano en el mundo. En este último punto cada país debería desarrollar las propias y en caso de no hacerlo, deberá depender de importar las mismas de otros países, con la salvedad que pueda tener la de mayor actualización posible. Es el caso actual de México.
Estos dos puntos son importantes y a raíz de la reforma energética realizada por Estados Unidos en 2020, y los planes presentados en la administración del presidente Joe Biden, ha dado un giro adicional.
Continuando con los términos, incluímos ahora los siguientes:
C) Mercado interno. Una vez determinada cuánta energía primaria tomamos y transformamos en secundaria, debemos adicionar a esta suma cuánto exportamos e importamos para poder cubrir el mercado interno. Al hacer esta operación matemática de balance se concluye que en México estamos en un déficit que va en aumento, debido a que traemos recursos naturales de otros países y transformados para su consumo. Podríamos decir que otros países están gastando sus recursos y nosotros tendremos en el futuro pero esto es falso, debido a lo que lo que ellos nos exportan, en un futuro el mundo no lo usará ante la transformación energética de lo que se usará para crear energía.
D) Demanda del consumo. El paso siguiente es determinar quién o cómo es usada por los hogares, industria, transporte o sector agropecuario debido a que son el pilar de un desarrollo económico y depende de un volumen de usuarios finales. Aquí hay que determinar la demanda del consumo en forma de combustibles, electricidad, petroquímicos, minerales o materias primas para su transformación y uso, todo ligado a determinar el crecimiento en el futuro.
E) Aprovechamiento de la energía primaria. Teniendo los datos del punto C y D determinaremos cuánto realmente usamos de energías primarias y secundarias, y valoraremos cuánto no utilizamos, convirtiéndose en un desperdicio energético y/o económico al no saber aprovechar el calor, gases o residuos que emanen de todo lo anterior. El objetivo es minimizar el daño al ambiente determinando si lo que tomo de energía primaria es el correcto y la tecnología que uso es la idónea.
¿Crees que México cumple con todos los puntos de la A hasta el E?
Pero esto no termina debido a que partir de 2020 debemos poner un inciso adicional y ha sido gracias a la aceleración de la invasión de Rusia a Ucrania: la diplomacia ambientalista creada por Estados Unidos y Europa, la cual podemos resumir de la siguiente forma, y de la que México no tiene idea hasta el momento.
F) Inversión adicional. Obteniendo los resultados del inciso E, el mundo no limitará el seguir usando recursos no renovables pero sí al delimitar el cuánto debido a que existen, y están desarrollando inversiones en tecnologías que aprovechen mejor a las energías primarias. Ahora deberán incluir en este proceso una nueva forma de inversión adicional en cada proyecto como la captura de metano, gases de efecto invernadero, calor o residuos que pueden ser transformados en energías secundarias o portadores de energía para ser aprovechados un mayor tiempo, y cuyo fin será reducir el uso de recursos innecesarios de la naturaleza. Cómo hará México ante tasas de intereses altos y las empresas del Estado que no tienen en sus presupuestos estos recursos adicionales para poder cumplir con este inciso.
Realmente tenemos una transición energética real, y con una base sólida de transformar el cómo lo hemos y estamos haciendo, al querer controlar todo lo que no nos pertenece, según las administraciones del país. No hay que olvidar que importamos energía primaria y secundarias, y somos ensambladores de tecnología.
Ramses Pech – Grupo Caraiva – Grupo Pech Arquitectos