Por fin, Rory McIlroy ha completado el tan ansiado Grand Slam del golf y sin lugar a duda se convierte en el jugador de la era moderna más importante después de Tiger Woods. Tuvieron que pasar más de 14 años y un sinfín de decepciones para que Rory pudiera conseguir su primera chaqueta verde y así poder convertirse en el sexto jugador de la historia en poder completar el Grand Slam.
La victoria no pudo ser más sufrida, Rory empezó la jornada con tres golpes de ventaja sobre Bryson De Chambeau, pero un doble bogey en el primer hoy y un par en el par 5 del hoyo dos se convirtió de inmediato en un empate en la punta. Seguramente muchos de los momentos más amargos del norirlandés en los últimos años habrán venido a su mente de forma inmediata. Por más preparado que estés, la mente es más fuerte y aunque él sabía lo que tenía que hacer, los movimientos se vuelven involuntarios y muchas veces difíciles de controlar.
Aunque pudo componer su ronda, un error en el hoyo 13 lo hizo perder ventaja, algo que el inglés Justin Rose, líder de la primera ronda pudo aprovechar, y aunque Rory pegó grandes golpes en los hoyos 15, 16 y 17, un error de bogey en el hoyo 18 lo hizo caer en un desempate después de hacer un drive perfecto y un gap wedge de 125 yardas, el cual dejó la pelota a únicamente dos metros y ahora sí pudo concretar ese birdie y lograr el sueño de ganar Augusta.
Rory se une a Sarazen, Hogan, Player, Nicklaus y Tiger. Seguramente se preguntó cien veces si lo lograría, los problemas fuera de la cancha hicieron mella durante años y les aseguro que nadie más que él cargaba el peso de ganar en Augusta. No puedo ni siquiera pensar en la batalla mental y emocional por la que pasó en los últimos hoyos.
Tuvieron que pasar 17 visitas a Augusta National para ganar, pero creo que haber completado el Grand Slam en el mejor torneo del mundo muy bien ha valido la pena. Esto le hace muy bien a nuestro deporte, seguramente millones en todo el mundo lo vieron por televisión. Rory es el mejor ejemplo de trabajo, concentración, resiliencia y mucho corazón. No siempre es lo que pasa lo que importa, sino cómo reaccionas. Rory nunca se dio por vencido, lo soñó, pero sobre todo, al final lo logró.
