La Doctora Azucena Calvillo, una mujer duranguense trabajadora, disciplinada, madre y esposa, con una vida normal, con el gran mérito de estar aportando su conocimiento y experiencia para salvar vidas como otros médicos en el área COVID de una clínica del IMSS en la capital del Estado de Durango, de la noche a la mañana se convirtió en un personaje que le dio la voz a la indignación del personal médico que padece la represión, la corrupción, la persecución, la indolencia, el insulto de autoridades duranguenses.
En el transcurso de la pandemia, varios médicos y enfermeras han sufrido insultos y amenazas de personas que con suma ignorancia les culpan de manera irresponsable de propagar COVID 19, como si no fuera suficiente las agotadoras jornadas de trabajo que durante meses han llevado a cabo, arriesgando su vida y las de sus familiares, padeciendo la ignorancia e ingratitud de un sector ciudadano que les han denostado.
La Doctora Calvillo salió de su jornada laboral y fue aprehendida por agentes de la Fiscalía General del Estado, privándola de su libertad, acusándola de tentativa de homicidio calificado por una supuesta actuación fuera de protocolo médico sin tener pruebas que acrediten su probable responsabilidad, la Dra. formalmente fue aprehendida hasta el día siguiente, es decir, muchas horas pasaron para que se determinara legalmente una detención cuando su privación de libertad fue mucho antes, incomunicada, sin abogado ni familiar o persona de confianza que se le asistiera, con un señalamiento de la fiscalía de un delito que no cometió, con pruebas inventadas.
Después de que la Fiscalía exhibe el material probatorio a la opinión pública queda la evidencia de la manipulación de la carpeta de investigación apartada de los procedimientos legales, queda en evidencia la violación sistemática a derechos humanos de una profesionista de la salud en área COVID por parte de la policía investigadora.
La Fiscalía ni el Gobierno del Estado se imaginaban el tamaño de movimiento de gremios de profesionistas y sociedad en general que iban a provocar para el reclamo del abuso y el exceso contra la doctora Calvillo, hay una indignación generalizada, más en el gremio médico que es el más ofendido, cuando son quienes han enfrentado con trabajo a la pandemia, son quienes no han descansado y merecen la protección y apoyo de gobierno y sociedad, la Doctora Calvillo encarna la ingratitud del Gobierno del Estado, encarna la indignación y el coraje de miles de ciudadanos que han padecido impunemente abusos y que les toquen a sus médicos que arriesgan sus vidas para salvar otras como ningún otro profesionista en esta contingencia que sacudió a la humanidad.
En otros países, en otras regiones del país les aplauden, les reconocen y les agradecen a los médicos, en Durango la percepción es que los dejan morir y los encarcelan, con toda la impunidad sin que se investigue y castigue a los responsables, estos son rasgos de ingobernabilidad, de una ausencia del estado de derecho, una falta de capacidad de reacción desde el Gobierno.
El nombre de Azucena Calvillo le pertenece a una profesionista de la salud que trabaja y arriesga su vida en el área COVID de una clínica del Seguro Social en la capital duranguense, pero ese nombre también es la bandera de la indignación social contra el gobierno del estado de Durango, es un símbolo de repudio a la corrupción y abuso de autoridades duranguenses, muchos no conocen a la Dra. Calvillo, pero le expresan su solidaridad y apoyo, salen a las calles a exigir justicia y solo reciben la indiferencia e indolencia del Gobierno, como si no hubiese responsables, como si no hubiesen hecho un mal.
La autoridad pretende distraer el tema y pide no se politice, como si no fuera una cuestión política el manejo faccioso de las instituciones de gobierno, como si la corrupción no fuera una cuestión política; la autoridad estatal está muy alejada de la ciudadanía, cometiendo un error tras otro, padeciendo un autismo político que no logra entender la realidad social, no reconoce y en consecuencia no corrige, anda más ocupada en su agenda electoral tratando de revertir las tendencias adversas que tienen como partido gobernante en intención de voto, cuando hay una firme determinación social de sacarlos del poder según las propias encuestas mandadas hacer desde el gobierno del estado.
Sin duda lo ocurrido con la Dra. Calvillo tendrá una repercusión electoral en contra de la clase política que actualmente gobierna la entidad, la ciudadanía reaviva la esperanza de tener autoridades sensibles y solidarias en momentos difíciles, permanentemente honestas y humanistas, la gente pide a gritos un cambio, lo que seguramente ocurrirá en comicios venideros de 2021 y 2022 en Durango.
Con todo respeto y solidaridad a la Doctora Azucena Calvillo, estamos contigo.
@RafaPalacios83