Se llevó a cabo la sucesión de la gubernatura en Durango, la única que ha ganado el PRI en la era de López Obrador, en una atmosfera de crisis política para ese partido dentro del contexto nacional, en un simultáneo corrimiento de su posición legislativa hacía la postura del presidente abandonando la alianza parlamentaria en la que venía transitando desde ya hace unos meses junto con el PAN y el PRD, finalmente se concretó la ruptura al parecer irreconciliable lo cual se reflejará en la ruptura de la alianza electoral en miras de las últimas elecciones locales previo a la sucesión presidencial del 2024.
Villegas asume el poder en una crisis financiera del gobierno que no tiene precedentes respecto a sus cuantías de endeudamiento, de compromisos inmediatos de pago a proveedores imposibles de cumplir, deuda con municipios de participaciones indebidamente retenidas durante meses, una deuda a la Universidad y otras muchas más que sitúan al gobierno en la quiebra financiera sin otra opción más que el rescate por la federación.
El discurso bélico de Esteban durante la campaña contra el Presidente y la 4T fue cambiado radicalmente por una expresión conciliadora, es difícil mantener el discurso de odio que sostenía el anterior gobierno que tuvo su mayor desafío en aquella disuelta alianza federalista, las circunstancias del país han cambiado sustancialmente y al parecer el entrante gobernador tiene una mejor lectura sobre esta nueva realidad.
Lo que se le puede cuestionar es la falta de un replanteamiento institucional de la estructura de gobierno, lo cual es una clara señal que su simple sustitución de funcionarios deja en evidencia que habrá una forma de gobierno con cierta inercia institucional, si bien es cierto que las sustituciones muestran ciertos equilibrios, también se aprecian las cuotas que se tuvieron que pagar por compromisos de grupos de poder, es decir, no tendrá esa deseable independencia política en el actuar del gobierno, sin embargo, muchos de los personajes que se pueden etiquetar con la vieja clase política, lo cierto es que ya hay un relevo generacional con importantes emancipaciones.
Es una ventaja que tiene un Congreso afín, sin oposición que le genere incomodidad lo cual representa una oportunidad de transitar en esta primera etapa con un ambiente políticamente a modo, lo cual también se tiene la expectativa de una agenda conjunta para actualizar el marco jurídico e institucional del Estado, lo que le dará la oportunidad de trascender como el gobernador que logró irrumpir inercias y logró realizar las grandes transformaciones que necesita Durango
El reto del gobernador Villegas es mayúsculo, domésticamente lidiar con aliados que plantean la confrontación con la federación, instaurar una agenda de gobierno en la que se instalen las políticas públicas que le arán el sello distintivo a la nueva etapa, una agenda social y política, otra legislativa y una de las más importantes, cómo va a resolver el quebranto financiero que le heredaron sus aliados políticos a quienes seguramente se comprometió a no tocar, por eso tan importante la pauta que marque en la relación con el ejecutivo federal quien es su única opción de rescate financiero.
En próximas semanas se podrán ir descifrando las directrices de la nueva era de gobernanza, siempre hay la expectativa de mejora, tiene todo políticamente favorable para avanzar, experiencia, oficio, hasta ahora una buena relación con la federación, una oposición debilitada y un respaldo ciudadano que depende del gobernador pueda sostener en el trayecto en el ejercicio del gobierno.