Conforme avanzan las campañas se eleva la desesperación de una oposición que se sabe derrotada, pasaron los meses que tenían previstos que en su estrategia iba a subir su candidata, no ha ocurrido y es difícil que suceda, por lo que la campaña de odio se elevará de nivel, por supuesto la irritación continuará hasta que los resultados electorales asienten y pongan a todos en su lugar, por lo pronto, seguirán las campañas del miedo en la descripción de una apocalipsis y tratando de conquistar a los jóvenes que por primera vez votarán.
Sigue la campaña contra el presidente respecto a los supuestos financiamientos del crimen organizado en sus campañas de 2006 y de 2018, de la que no se acompaña ningún medio de prueba que acredite algo mínimo, sigue la campaña paralela sobre supuesta corrupción en el Gobierno de Andrés Manuel, de lo cual lo que se ha acreditado es en el tema de SEGALMEX en donde ya hay procesos judiciales en marcha, es decir, no hay un intento de ocultar el asunto o dejar impune mucho menos proteger a alguien.
La derecha siempre vio a Andrés Manuel como el adversario que había que exterminar políticamente, aunque lo subestimaron pero no escatimaban para atacarlo, por eso sale de toda lógica que durante dieciocho años no le encontraron nada que lo pudiera destruir políticamente, por supuesto que desde el gobierno tenían todos los medios a su alcance para investigar y encontrar algo que realmente haya sucedido, incluso la verdadera relación con el crimen organizado.
Para la ciudadanía que está cada vez más informada es difícil que le cambien el concepto e imagen que tienen del presidente, a pesar de que el ejercicio del poder desgasta de forma natural, Andrés Manuel sigue manteniendo un nivel de respaldo a meses de su retiro, los programas de bienestar por supuesto que influyen determinantemente y la gran masa poblacional que se ha visto beneficiada principalmente en el sureste del país consolida aun más su respaldo popular, lo que sin duda es factor para garantizar la continuidad.
Por supuesto que hay errores en gobierno, hay personajes con historial de corrupción y también la hay en algunas áreas, pero de ahí a que el presidente sea quien auspicie, proteja o incluso disimule no verla es difícil pensar en ello, si es un hombre austero, sencillo, que sabe que fue una proeza el dirigir y sostener un movimiento que logró vencer al régimen, hay un legado más allá de asegurar un futuro económico para sus descendientes, por eso les cuesta demasiado trabajo a los opositores revertir la imagen y respaldo del presidente.
Cuando hay un panorama así para la oposición es cuando se logra entender sus formas y estrategias, sus lenguajes, sus niveles de agresión, han denigrado mucho el discurso político, no hay debate de ideas, no hay argumentación con razonamientos de lo que distingue un proyecto de otro en su idea de país, hay insulto, calumnia, lenguaje vulgar lo que predominará en las campañas como síntomas de enojo y desesperación, así han sido desde que en 2018 se establecieron como oposición y trazaron esa ruta, los mueve el odio y su idea de recuperar privilegios, son grupos de interés que se enriquecieron al amparo del poder, que también hay que decirlo, muchos de ellos ya migraron a morena y ahí se les perdona todo con tal de achicar más a la oposición.