¿Quién se acuerda ya en el América de Santiago Solari? ¿Qué explica el exitoso paso del equipo casi desde que el argentino fue despedido? ¿Dónde están los críticos de la dirección deportiva, que señalaban que el equipo había sido armado de pésima manera y que tenía que venir un cambio profundo?
Es real que los refuerzos llegaron tarde, pero esto no se convierte en razón para marcar el fracaso de un proyecto, pues la forma en la que se compite en la Liga Mx permite que los planteles que van creciendo en su nivel de juego y adaptación y cierren fuerte puedan ser campeones.
El América que dirige Fernando Ortiz, que nunca esperaba en convertirse en entrenador del primer equipo, viene ganando todo y a todos. El sábado pasado fue a derrotar a los Tigres dirigidos por Miguel Herrera a Monterrey. Y esto es una razón para ponerlo como serio contendiente al título.
Cerrará su participación en la fase regular del torneo ante un alicaído Cruz Azul y si gana se meterá de forma directa en la Liguilla si el Atlas o Puebla no ganan sus duelos de última fecha.
Ortiz, un argentino que llegó al futbol mexicano como un muy eficiente defensor central (con Santos Laguna muchos años, pero también con el América), ha sabido presentar un equipo con muchísimo compromiso y con muchísima entrega en el campo. Este América juega con la humildad que habían perdido los jugadores en los últimos tiempos de Solari. Y con eso les alcanza pues tienen jugadores de calidad al frente que encuentran el gol pese a no estar respaldos por un planteamiento táctico arriesgado.
Hoy el América es, después del Pachuca, el equipo con más confianza y con mayor autoestima de todo el torneo y eso en la Liguilla importa mucho. Equipos enrachados son los que terminan siendo campeones. Así que los Tuzos y los mismos Tigres (nadie debe descartarlos) ya tienen un nuevo rival.
Rafael Ocampo