La historia del nuevo estadio del Cruz Azul es ya un cuento que debería concluirse. La realidad es que los propietarios de este equipo no tienen la fuerza para asumir un reto de este nivel. Como que se les antoja, lo desean (¿qué directiva no?), pero a la mera hora, cuando se trata de echarle números, se quedan quietos.
El tema es que, empezando por el presidente de este equipo, Guillermo Álvarez Cuevas, no terminan por atreverse a concluir la novela.
En entrevista concedida a Minelli Atayde, compañera reportera de Milenio, Billy Álvarez, como mejor se le conoce en el medio a este longevo directivo, dijo que el Cruz Azul buscará extender su contrato con Estadio Azteca… Pero no se atreve a sepultar el proyecto.
Proyecto, por cierto, que nunca generó ni siquiera una maqueta pues ningún despacho arquitectónico ha tenido esta encomienda.
Ha sido pues un estadio de saliva, construido por pura palabrería… De forma irrespetuosa, creo yo, pues los aficionados de este equipo terminan ilusionándose y se quedan a la expectativa.
No sé cuántos años lleva la directiva que encabeza Billy manejando esta versión. Y nunca han dado pasos reales. Alguna vez se dijo que se quería construirlo en terrenos de la Ciudad Deportiva Magdalena Mixhuca. Los vecinos de la zona protestaron. No se hizo nada. Hace unos meses el equipo de beisbol Diablos Rojos del México inauguraron un bellísimo y funcional estadio ahí, en esos terrenos.
Cuando hace cosa de un año y medio se concretó la salida del Estadio Azul, que fue casa de este equipo por unos 20 años, se volvió a manejar que el nuevo estadio estaría en la delegación Iztapalapa. Al final nada.
Conclusión: el Cruz Azul no tiene realmente la fuerza económica para construir una casa propia… Aun y pese a que tienen una cementera. Quedarse en el Estadio Azteca claro que es la opción real.
