Como claramente se preveía tras los últimos dos resultados, la Selección Mexicana de Futbol clasificó a la Copa del Mundo de Qatar con relativa comodidad. Lo hizo como segundo lugar del torneo Octagonal de la Concacaf, empatado en 28 puntos con el representativo canadiense, pero con menor diferencia de goles. Y lo hizo tres unidades por arriba de la selección de los Estados Unidos. Pero…
La Selección Nacional vino de más a menos en el campeonato clasificatorio, sin fuerza, sin creatividad y sin contundencia ofensiva en al menos los últimos 10 partidos.
Por eso es muy válido darle vida a la discusión y al análisis acerca de la continuidad o relevo del director técnico, Gerardo Martino.
Sería un error pasar de largo esta asignatura porque anoche se le ganó a El Salvador y, combinada con las derrotas de los canadienses y de los estadunidenses en Costa Rica, se terminó arriba de este rival.
El equipo nacional muestra un precario nivel de juego y no se ve cómo con Martino al frente se pueda superar este cuadro, que se combina además con un equipo que luce poco motivado.
El asunto es que de la terminación del torneo al día del sorteo mundialista apenas habrán transcurrido unas 36 horas. Será mañana a las 10 horas cuando se conocerán los rivales mexicanos en la fase de grupos del Mundial.
Está también de por medio la salud del entrenador argentino, aquejado de una lenta rehabilitación de un desprendimiento de retina. Este tema le impidió viajar a los últimos dos partidos que jugó como visitante el equipo. Y aunque Martino manifiesta optimismo de cara a su pronta y completa sanación, es un tema que genera inquietud.
Será la semana que entra, no más, la que se destinará a analizar la continuidad del Tata. Resultadistas la mayoría de los directivos, todo indica que se terminará apostando por darle todo el apoyo. Y a rezar.
Rafael Ocampo
