Hace apenas dos meses la enorme mayoría de los analistas y expertos de la televisión deportiva del país, recelaban unos y renegaban otros, por la decisión del Cruz Azul de contratar al joven entrenador argentino Martín Anselmi como cabeza de su cuestionado proyecto.
Hoy la casi totalidad de ellos le rinde pleitesía.
Lo que se dijo en contra de él fueron absolutas generalidades. Que si era extranjero, sí aunque parezca increíble escuchar que alguien maneje este argumento en los tiempos globalizados que corren. Que si venía de dirigir en una Liga, la ecuatoriana, menor en el terreno competitivo, a la Liga Mx. Que si venía de la mano de un directivo, Iván Alonso, cuestionado por fantasmales hechos de corrupción en su breve etapa como directivo del Pachuca.
No recuerdo un solo análisis profundo sobre la forma en la que Anselmi estructuró, para ganar títulos, en el Independiente del Valle. Sobre su formación y su carrera, puras generalidades se escucharon.
Que bueno, no digo que no, que hoy casi todos los que dijeron lo que dijeron sobre Anselmi sin conocerlo, y sin darse a la tarea de saber de él, digan todo lo contrario y reconozcan en él a un entrenador no solo consecuente, sino efectivo.
Anselmi y Alonso mencionaron el día en que fueron presentados que darían al Cruz Azul un estilo que enorgulleciera a sus aficionados y eso es lo que están empezando a hacer. El equipo azul no solo ha ganado cinco partidos de forma consecutiva para situarse ya de líderes generales, sino que lo ha hecho de una manera que ilusiona. Es un equipo valiente, arriesgado, con variantes que causan sorpresa, con una intensidad al momento de atacar y defender que no se había visto a este club hace muchos años.
Pues eso caracterizaba el desempeño del Independiente del Valle de la Liga ecuatoriana. Estos valores futbolísticos son los que ha enarbolado y defendido cuando ha concedido a hablar de futbol en las contadas amplias entrevistas que uno puede consultar.