No estará el América en las semifinales de la Concachampions, pero los organizadores de este torneo muy complacidos estarán por el pase a esta ronda, casi in extremis, de Lionel Messi y su Inter Miami.
Tuvieron que meter tres goles los del ex barcelonista la noche de este miércoles luego de irse abajo por dos goles contra Los Ángeles FC. Fue un partido con una gran dosis de incertidumbre y dramatismo que le da buenas sensaciones y mucho atractivo a este torneo. Y esto también que me parece fundamental subrayar: fue un encuentro en el que no puede hablarse de ningún favoritismo arbitral, ni condicionado por nada fuera de orden. Hay que recalcarlo. Pese a que algunos analistas con buenos datos advirtieron de que la tripleta arbitral no era de las mejor calificadas.
Más les provocará retortijones a los americanistas, que lucían insuperables, la eliminación que les propinó el Cruz Azul la noche del martes pasado en el Olímpico de la Ciudad Universitaria. Soñaban con una final entre sus Águilas y Messi y compañía.
El Cruz Azul pasó a semifinales, donde enfrentará a los Tigres, hay que decirlo también sin ningún embrollo arbitral, algo que había definido los últimos enfrentamientos decisivos entre estos dos clubes. Siempre a favor del América, hay que recordarlo. Los dirigidos por Vicente Sánchez dieron su mejor partido post Martín Anselmi, su ex entrenador. Y con ello les bastó y sobró para dejar fuera al tricampeón de la Liga Mx.
Me centro nuevamente en la importancia que tiene que un campeonato, sea el que sea, no se determine por errores o decisiones intencionadas de los árbitros. Hasta ahora así ha sido éste de la Liga de Campeones de la Concacaf. Por cierto, al momento del cierre de edición de esta columna los Pumas empataban a un gol con el Vancouver y con ello tenían que ir a la prórroga. El triunfo los llevaría a las semifinales a enfrentar precisamente al Inter Miami. Espero que el desarrollo del juego no contradiga mi tesis de la no intervención arbitral, gane quien gane.