La Iglesia Católica recordó el pasado 22 de octubre a san Juan Pablo II. Conviene aquí valorar algunos rasgos y hechos pues su influencia en el mundo, no solo católico, ha sido notable.
Cuando Karol Józef Wojtyla fue elegido Papa, el 16 de octubre de 1978, tomó precisamente el nombre de Juan Pablo II, que todos conocemos. De origen polaco, el menor de tres hermanos, tuvo que dejar la universidad a causa de la ocupación nazi en 1939 y trabajar en una fábrica. En 1942 asistió a los cursos de formación del seminario mayor clandestino de Cracovia.
Después de la guerra siguió sus estudios en el seminario mayor de Cracovia, y en la Facultad de Teología de la Universidad Jagellónica. Fue ordenado sacerdote en Cracovia en 1946. Fue enviado a Roma y obtuvo el doctorado en teología. A su regreso a Polonia fue coadjutor en dos parroquias de Cracovia y también capellán de los universitarios.
En 1953 presentó, en la Universidad Jagellónìca de Cracovia, una tesis sobre el sistema ético de Max Scheler y más tarde fue profesor de Teología Moral y Ética en el seminario mayor de Cracovia y en la Facultad de Teología de Lublín.
En 1958 el Papa Pío XII lo nombró Obispo Auxiliar de Cracovia. En 1964 fue nombrado arzobispo de Cracovia por el Papa Pablo VI, quien lo creó Cardenal en 1967. Así, participó en el Concilio Vaticano II. Fue elegido Papa el 16 de octubre de 1978 y el 22 de octubre dio inicio a su ministerio como Pastor Universal de la Iglesia.
Como Papa realizó 146 visitas pastorales en Italia y visitó 317 de las 332 parroquias de Roma. Realizó además 104 viajes apostólicos por el mundo. Escribió 14 encíclicas y otros muchos documentos. En el campo social destacan las encíclicas "Centesimus annus" y "Sollicitudo rei socialis". Por otra parte, proclamó 1338 beatos y 482 santos, creo 231 Cardenales.
El 13 de mayo de 1981, en la Plaza de San Pedro, sufrió un atentado contra su vida. Salvado por la intercesión de la Madre de Dios, perdonó a su agresor y continuó su ministerio con entusiasmo.
Lo recordamos en México con especial afecto por las cinco visitas a nuestro país: en 1979, en 1990, en 1993, en 1999 y en 2002. Murió en Roma, el 2 de abril de 2005. Fue declarado beato en 2011 por el Papa Benedicto XVI y canonizado el 27 de abril de 2014 por el Papa Francisco.
Su personalidad y la entrega a su misión impactó a cuantos lo conocieron ya sea a través de las grandes concentraciones de personas en sus viajes por el mundo, ya sea incluso por la televisión. En sus encíclicas y otros escritos nos ha dejado una herencia que, en las dificultades actuales, puede seguir iluminando el caminar del mundo.
Pedro Miguel Funes Díaz